Cada vez son más frecuentes los casos de ataques, que pueden ser provocados de inmediato cuando alguien siente
un miedo intenso.
Reynosa, Tam.-
En una noche de lluvia intensa algo provoca en la mente algún recuerdo: se escucha un fuerte relámpago y se remueve la emoción de miedo.
De pronto surgen palpitaciones, un golpeteo al corazón, se empieza a sudar, el cuerpo tiembla, casi se desmaya y siente una sensación de asfixia. “Voy a morir”, confiesa Rafael. Es un ataque de pánico.
Lo pudo ocasionar cualquier cosa: una situación de estrés, una discusión con un familiar, el rompiento con su pareja, el reclamo de un cliente en el trabajo o hasta ver las noticias escandalosas en la televisión.
El joven explica que le dolió el estómago y al no poder controlar sus emociones acudió a emergencias en un hospital local.
“Se trata de un trastorno de ansiedad que se presenta con un ataque imprevisto y repetitivo, con la aparición de un miedo intenso o una preocupación, que alcanza su máxima expresión en cuestión de minutos, por lo que paraliza la acción de la persona”, indica el psicólogo clínico César Omar Hinojosa Espinosa.
Señala que quienes tienen un ataque de pánico sienten miedo, sin tener una causa aparente, que le ocasionan varias reacciones fisiológicas, bioquímicas y emocionales, perdiendo su concentración o capacidad de lo que estaba haciendo.
El especialista organizacional asegura que el ataque de pánico se da con más frecuencia en las mujeres, pero también ocurre en hombres, lo que les afecta en su actividad diaria.
“Al pasar por un nivel intenso de miedo, dejan lo que están haciendo. Hay dos factores, científicamente probados, pueden ser genéticos o emocionales, al final es una acumulación de preocupación, ansiedad o estrés y que de manera abrupta sale, afectando su esfera social, familiar o de trabajo”, indicó.
En su experiencia lo que sigue es que caiga en depresión, sin volverse una persona agresiva, que debe tratarse con medicamentos y psicoterapia.
“Cuando una persona sufre problemas continuos de ataques de pánico, puede tener un problema de identidad, dejando de ser productiva. En otra cosa que trabajamos es en identificar los miedos tangibles, que pueden remontarse a su infancia, se busca que pueda sanar esos miedos, que son precaución y los enseña la madre para protegerlos de los peligros que pueda tener”, indicó.
Para el especialista las personas del siglo pasado, que estaban en menor contacto con la tecnología no tenían estos padecimientos, tal vez porque no se conocían porque los criterios de diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) eran diferentes.
Señaló que la persona con este trastorno a menudo siente preocupación acerca de los efectos de sus ataques de pánico, realiza hipervigilancia de los síntomas para verificar cuando aparece el ataque de pánico.
“Después de una situación de ataque de pánico cae en depresión, por lo que se recomienda evitar el consumo de alcohol, drogas y café. Por eso se debe buscar un tratamiento farmacológico y psicológico.
“Tengo 19 años trabajando y he atendido a muchas personas con ataques para que salgan de su problem; trabajo mucho en que reconozcan sus detonantes, saber qué les activa el miedo, que tengan concientemente que recuerdan por experiencia directa o porque se los contaron”, expresó.
Además los miedos se pueden identificar de dónde vienen, si provienen de su padre o su madre, para trabajar con su autoestima para que tengan un mejor autoconcepto.
Estos temores se llegan a estigmatizar con manchas en la piel que parecen quemaduras, una señal que deben curarse al entrar en tranquildad.
APRENDA A RELAJARSE
Con ciertas técnicas de relajación se puede lograr bajar el nivel de estrés del paciente.
El yoga es una herramienta que ayuda mediante la meditación, para que los problemas puedan ser identificados y controlados.
“Al final todo el trabajo lo hace el paciente, el psicólogo lo acompaña en el proceso. En mi caso busco que escuchen su respiración, para que aprendan a disociar el miedo que viene de la nada”, explicó.
Si hay respiración agitada, es un antecedente que está a punto de aparecer un ataque de pánico. La recomendación es estar consciente para alejarse de ese pensamiento que lo angustia, para empezar poco a poco a sentir alivio, pero ésto podría tardar algunos minutos.
Para Hinojosa Espinosa la persona debe de concentrarse en respirar y sentir el latido de su corazón, para olvidar el pasado y concentrarse en el presente.
“En términos prácticos las emociones son adaptativas y son biológicas, bioquímicas, pero hay que saber que son psicológicas, por acumulamiento (de pensamientos). Si un niño tenía terror nocturno o miedo a la oscuridad, al crecer no lo enfrentó y como el miedo es evolutivo, se puede transformar en un ataque de pánico”, comentó.
La diferencia con la ansiedad, es que el ataque de pánico ocurre en cuestión de minutos, por eso puede haber quien salga corriendo de un lugar, por lo que le está pasando.
“En mi experiencia no hay un patrón regular, los ataques cambian en cada persona. No sabemos su intensidad y el tiempo en que tarda en relajarse. Es imprevisto e intenso, por eso cualquiera pierde su coherencia”.
Una salida puede ser tener una tendencia a tomar drogas, alcohol, la jugada, comer en exceso ver series de televisión, hacer ejercicio sin parar, o simplemente estar siempre ocupado para no pensar en el miedo que sienten.
En un caso reciente, atendió a una paciente que no estaba comiendo, porque sentía que estaba enferma y entró en depresión, pero gracias a un tratamiento ya se está recuperando.
“La respuesta es que busquen el amor propio, porque una persona depresiva no se ama a sí misma, siente que no ha cumplido las expectativas, que es una perdedora. Pero cuando entiende que vale, automáticamente sus células entienden que ese mensaje de menosprecio no es cierto, porque se pueden conectar con el amor, por lo que pueden tener más sentido a la vida”, explicó.