Reynosa, Tam.-
Desde hábitos dominados a la perfección, hasta desconocer a familiares o incluso, el olvidar realizar funciones vitales como comer o ir al baño, son algunos síntomas generados por el Alzheimer.
La especialista en medicina interna y geriatría, Alejandra Rodríguez Márquez; mencionó que aún no hay un estudio como tal que pueda explicar el por qué de la enfermedad, sin embargo, su presencia ha aumentado debido a cambios en la población.
“Antes la esperanza de vida era hasta los 50, 70 años y no se alcanzaba a desarrollar la enfermedad; ahora nuestra expectativa de vida es mayor, por lo que es más común su presencia”, mencionó.
Tanto hombres como mujeres se ven afectados y el mayor riesgo es la edad: entre más se envejezca, mayor es el riesgo de padecerla.
Existen dos tipos de Alzheimer, dijo la doctora, uno de inicio temprano, que surge antes de los cincuenta o sesenta años y es la de peor pronóstico por ser de más rápida evolución y el de inicio tardío, donde el paciente tiene más de 70 años y la evolución es más lenta, pero también se presenta deterioro cognitivo.
ATENCION A LOS OLVIDOS
Según la doctora perteneciente al Colegio Nacional de Medicina Interna, no existen recomendaciones que pudieran evitar desarrollar el padecimiento, sin embargo, sí hay factores de riesgo como son la obesidad, diabetes, hipertensión, ser fumador, beber alcohol y el estrés.
Explicó que no todas las demencias son Alzheimer, pero sí es la más frecuente, aunque pudiera confundirse con otros tipos porque los síntomas son muy parecidos.
“Debemos poner atención cuando empezamos a ver a nuestro familiar diferente, los olvidos son más evidentes, se olvidan de lo que hicieron en la mañana o el día de ayer; se les olvidan los nombres, cómo llevar a cabo cierta actividad, aunque sean cosas que antes dominaban o hacían todos los días”, comentó.
También puede haber cambios en el comportamiento, por lo que la persona puede mostrarse ansiosa, nerviosa, tener alteración en el sueño como insomnio, o dormir durante todo el día; así como en el estado de ánimo.
Explicó que en el caso del Alzheimer de inicio temprano es hereditario, por lo que, los pacientes jóvenes que lo presentan tendrán un 50 por ciento de posibilidades de que sus hijos lo desarrollen también.
MEJOR CALIDAD DE VIDA
Además de atender al paciente, el geriatra, especialista en enfermedades de los adultos mayores, también se encarga de brindar orientación a los familiares, así como a su cuidador principal.
“Por ser internistas también tenemos la capacidad para tratar los padecimientos agregados o que ya existían como enfermedad de la tiroides, diabetes, hipertensión o cardiopatías”, dijo la especialista miembro del Consejo Nacional de Medicina Interna.
Entre los estudios que se realizan a los pacientes se encuentra la valoración geriátrica integral, que incluye análisis de tipo emocional, social, funcional, médica y cognitiva.
Por medio de estos tests es posible determinar si el paciente se encuentra deprimido, si tiene un cuidador capacitado, es maltratado o abandonado; si ha dejado de realizar actividades como comer o caminar, o si tiene algún problema en alguna extremidad y se revisan sus enfermedades crónicas.
La especialista mencionó que lamentablemente no hay cura para el Alzheimer, pero sí medicamentos especiales para este tipo de demencia y el tratamiento se divide en dos rubros: el farmacológico y el no farmacológico.
El primero consta del que ataca directamente a la demencia y el que va contra los síntomas. Este último, dijo, no siempre se prescribe, pues depende de cómo el paciente evoluciona, si es tranquilo y no representa alteración del sueño y de ánimo, solamente se atacará la enfermedad.
Comentó que de estos tratamientos no hay muchos en el mercado y son muy costosos, además de que solamente deben de usarse hasta que el paciente responda favorablemente.
“Una buena respuesta sería que la persona tenga mejores condiciones cognitivas, es decir, que los olvidos sean menores, tenga un mejor comportamiento, que pueda realizar sus actividades por el mismo, entre otras cosas”, explicó la especialista.
El tratamiento no farmacológico dijo, es el que los familiares realizan junto a los pacientes en casa, o en algún lugar indicado por el médico, entre lo que se encuentra: terapia de memoria, ocupacional o algunos ejercicios.
Los familiares deberán pasar tiempo con el paciente por medio de juegos de mesa, rompecabezas, lotería o bingo, llevar un diario, jugar crucigramas, etc., estimular su memoria y no facilitarles las cosas, sino hacer que “batallen un poco”.
Al hacer sentir útil al paciente, se realiza la terapia ocupacional, tratar de que ellos sigan trabajando en casa, aunque sean actividades sencillas donde no corran riesgos.
“Aunque la enfermedad es mental y el cerebro es el órgano afectado, tiene repercusión a nivel funcional porque nuestro paciente puede dejar de caminar, moverse o hablar, por eso es importante que en el transcurso haya terapia física para evitar el deterioro funcional”, recomendó.
La doctora Alejandra Rodríguez dijo que hay muchas cosas o enfermedades que se le atribuyen a la edad y se ven como normales y se les resta importancia y no debe ser así, por lo que la recomendación es que acudan con el geriatra, ya que su objetivo principal es que todos los pacientes sean independientes hasta el último día de su vida y que sea de lo mejor.