La fiebre en los niños es uno de los síntomas que más temor ocasiona en los padres, ¿la razón? la aparición de convulsiones. Por eso es importante saber qué hacer ante el aumento de la temperatura.
Reynosa, Tam.-
Medicamentos, baños y hasta remedios caseros, son algunos métodos que utilizan los padres de familia cuando sus hijos sufren de fiebre, pero la mayoría de las veces al ver que no baja rápidamente, se desesperan y atemorizan ante la idea de una posible complicación.
El doctor Juan Carlos Carrera Morales, pediatra de la ciudad de Cancún, explicó lo que se debe de hacer y lo que no, ante el aumento de la temperatura corporal.
“El temor de los padres es generado porque la fiebre puede ocasionar convulsiones febriles, pero no son tan peligrosas como se tiene pensado y sólo se da en el cuatro por ciento de todos los bebés y tiene que ser hereditario”, explicó el médico.
Mencionó que no hay porque preocuparse, ya que es indicador de que el cuerpo se está defendiendo de un invasor como lo son bacterias, virus u hongos; sin embargo, lo que sí debe evitarse es que la temperatura aumente rápidamente.
El pediatra dijo que en los bebés la temperatura normal es variable y oscila entre los 36 grados y los 36.7 y 36.8; y a partir de los 37 o 37.1 se le llama febrícula y es lo que se conoce como que “el niño está irritado”, pero no es considerado como fiebre.
Esta puede presentarse por diversos factores, como lo es la falta o pérdida de líquidos.
Añadió que, se le llama fiebre cuando la temperatura se encuentra arriba de los 38 grados.
“Por ejemplo, si el niño tiene 38 grados de temperatura, no hacemos nada y de repente ya está en 40 si puede ser un detonante para que el niño convulsione”, explicó.
El médico mencionó que junto a la fiebre pueden aparecer síntomas como rubicundez, que se refiere a un color rojizo en la piel, respiración agitada, taquicardia y frecuencia cardíaca aumentada.
MEDIDAS A EVITAR
El doctor Carrera Morales dijo que los niños que presenten fiebre no deben taparse o abrigarse ya que al hacerlo el calor se retiene y lo que se desea es que salga del cuerpo.
Los niños no deben bañarse en agua fría y mucho menos con hielo, ya que se ocasionará que el calor no se libere debido a una reacción normal del cuerpo.
“Cuando se está en un lugar muy frío los vasos sanguíneos se contraen para guardar un poco de calor, por lo que al bañarlos así lo que conseguiremos será que la temperatura interna del niño aumente”, mencionó.
Un remedio popular muy difundido es echar alcohol en la tina o ponérselo a los niños en las plantas de los pies o el resto del cuerpo, lo cual el médico desaconsejó totalmente.
“El alcohol hace que la evaporación sea mucho más rápida bajando la fiebre de forma brusca y ocasionando problemas por pérdida de temperatura corporal rápida”, explicó.
Otra indicación importante es no restringir los líquidos, sino proporcionárselos abundantemente para reponer los que se pierden.
LO QUE SI SE DEBE HACER
La primera indicación del médico Juan Carlos Carrera es meter el niño a bañar en agua tibia y mantenerlos ahí hasta que baje poco a poco la temperatura, sin embargo, si no baja, los padres no deben alarmarse, pues el que se mantenga igual por cierto tiempo también es buena señal.
“Debemos mantenerlos en el agua un buen rato y no desesperarnos, la fiebre puede continuar aún estando dentro del agua, puede ser por veinte minutos o hasta media hora y al sacarlo hay que vigilarlo”, explicó.
Otra recomendación es colocarle al niño paños de agua tibia en la frente, cuello, abdomen y espalda.
La prescripción de fármacos autorizados por parte de los pediatras para ayudar a bajar la fiebre es otra medida a
implementar, siendo lo más recomendados el
paracetamol e ibuprofeno.
“Yo le tengo más confianza al paracetamol por que es muy poco agresivo y se pueden usar dos gotas por kilo; por ejemplo, si el bebé pesa ocho kilos le das 16 gotitas y dentro de media hora aproximadamente, hará efecto y empezará a bajar la temperatura”, detalló.
Sn embargo, comentó que la intoxicación más constante en niños es debido al uso excesivo de paracetamol, ya que al suministrarles grandes cantidades el hígado no lo resiste, por lo que recomendó a los padres ser pacientes y esperar a que el medicamento cumpla su función.
Dijo también que, muchos papás manifiestan que aunque sus bebés ya estén en tratamiento, por ejemplo con antibióticos para combatir una infección la fiebre no cesa y explicó que estos tardan en hacer efecto de 36 a 48 horas, por lo que una vez de haberse ingerido, la temperatura puede continuar presente.
Estas recomendaciones, dijo, pueden ayudar a lograr el descenso de la fiebre, sobre todo cuando se presenta por las noches, y durante la mañana, acudir con el médico.