Reynosa, Tam.-
¿Quién decide morir? Tener una enfermedad terminal y dolorosa pudiera llevar a una decisión lógica de terminar con la vida, pero es egoísta si no se considera a la familia.
La eutanasia es el proceso para terminar con la vida de una persona, debido a una enfermedad incurable.
Aunque suene algo inhumano, estar en los zapatos del afectado con una enfermedad sin cura, por ejemplo tener sida, cáncer o un mal del corazón, cualquiera pensaría en dejar pronto de sufrir.
En la actualidad hay siete países que la permiten como España, Países bajos, Nuevas Zelanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia.
Algunos consideran que otros casos como la depresión debería de ser incluida.
Aurelia Brouwers, una mujer holandesa de 29 años de origen recibió la eutanasia sin tener una enfermedad terminal. Recibió la autorización de la práctica debido al “sufrimiento psicológico” que padecía.
“Cuando tenía 12 años sufrí de depresión, a eso le siguieron otros diagnósticos: trastornos de apego, depresión crónica, tendencias suicidas crónicas. Además sufro ansiedad, psicosis y escucho voces.
“Tengo 29 años y he elegido someterme voluntariamente a la eutanasia. Lo he elegido porque tengo muchos problemas de salud mental. Sufro de forma insoportable y no tengo esperanza. Cada aliento que tomo es tortura”, se puede escuchar en una grabación que realizó antes de morir, decisión que no todos están de acuerdo.
Ella decidió beber veneno suministrado por un médico y se acostó. Luego esperó a que le llegara la muerte.
La eutanasia no es bien vista por la mayoría de la población.
“Si permite el fin de la vida del paciente, el médico actúa con poca ética”, dijo Frank Ulrich Montgomery, doctor alemán y titular de la Asociación Médica Mundial (AMM), apoyando el juramento hipocrático. (Con información Jesús Eduardo Méndez)
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Euthanasia: an ethical problem
Reynosa, Tam.-
Who decides to die? Having a terminal and painful illness may lead to a logical decision to end life, but it is selfish if a family is not considered.
Euthanasia is the process of ending a person’s life due to an incurable disease.
Although it sounds somewhat inhuman, to be in the shoes of someone affected by a disease without a cure, for example having AIDS, cancer, or heart disease, anyone would think of stopping suffering soon.
Currently, there are seven countries that allow it, such as Spain, the Netherlands, New Zealand, Belgium, Luxembourg, Canada, and Colombia.
Some consider that other cases such as depression should be included.
Aurelia Brouwers, a 29-year-old Dutch woman was euthanized without being terminally ill. She received authorization to practice due to the “psychological suffering” that she suffered.
“When I was 12 I suffered from depression, followed by other diagnoses: attachment disorders, chronic depression, chronic suicidal tendencies. I also suffer from anxiety, psychosis, and hearing voices.
“I am 29 years old and I have chosen to voluntarily submit to euthanasia. I have chosen it because I have many mental health problems. I suffer unbearably and have no hope. Every breath I take is torture”, can be heard in a recording he made before he died, a decision that not everyone agrees with.
She decided to drink poison supplied by a doctor and lay down. She then waited for death to come.
Euthanasia is not well regarded by the majority of the population.
“If you allow the end of the patient’s life, the doctor acts unethically”, said Frank Ulrich Montgomery, a German doctor and head of the World Medical Association (WMA), supporting the Hippocratic Oath. (With information of Jesus Eduardo Mendez)