Cada vez es más común que pequeños tengan comportamientos agresivos en los que atentan contra niños y adultos.
Reynosa, Tam.-
La violencia es el acto de agredir a otro y puede ser de forma verbal, física, psicológica e incluso económica.
Puede manifestarse por medio de malas palabras, apodos, gritos, golpes, jalones, empujones, chantajes, amenazas e incluso advertencias de que al no someterse u obedecer, se negará la ayuda monetaria.
El psicólogo Roberto Carlos Méndez Galván, habló sobre la violencia y todo lo relacionado con ella.
“Una persona puede percibir cuando otra le tiene miedo y creen que por eso pueden hacerle lo que quieran y así van a satisfacer algo dentro de ellos, quizás al golpearla se va a sentir satisfecha o va a experimentar algo de placer, pero entre más miedo le tenga, más coraje le va a dar y eso le proporcionará más energía; pensarán que así tienen más poder sobre esa persona”, explicó el profesionista.
Los niños regularmente presentan conductas como no finalizar tareas, desobediencia, tirar muebles, arrojar objetos, jugar de forma brusca, nivel de tolerancia a la frustración muy bajo, así como golpear o empujar a otros simulando que fue de forma involuntaria.
“Cuando el niño pasa y te golpea el siente que se está vengando de algo, pasa en la escuela y en la casa, puede ser que te empuje, te tira el lápiz o te mueve el cuaderno; los padres de familia y maestros deben poner atención a estas conductas”, dijo el profesionista.
¿QUÉ LO PROVOCA?
En algunas ocasiones los niños se comportan de esta manera porque buscan lograr la atención de uno o ambos padres al sentirse desplazados por la llegada de un nuevo integrante a la familia.
“En la escuela se ve reflejada la desobediencia hacia la autoridad y los maestros son vistos como mamá o papá, el niño cree estar recibiendo violencia, desatención o rechazo por parte del padre o madre; no quiere decir que no lo cuidan, pero él necesita más atención”, expresó.
La exposición a contenidos no aptos para menores a través de medios de comunicación o Internet provoca en los niños comportamientos agresivos, pero también influyen los comportamientos que observan de las personas que los rodean.
“El ejemplo que reciben es muy importante, algunos padres dicen que su niño presenta conductas inapropiadas para su edad, de tipo sexual; muchas veces tienen relaciones sexuales cerca de los niños o en la misma habitación y aunque esté obscuro o sea de noche, el ojo se puede adaptar a la luz”, comentó.
Estas conductas después son repetidas y llevadas a cabo por los niños con amigos y compañeritos.
Dijo que las personas se reúnen con quienes les resultan similares, lo que se da sin que se estén buscando, sino porque hay algo que les atrae, puede ser la forma de pensar, así como carencias y necesidades.
“Es lo que se conoce como afinidad, pero solamente son carencias, necesidades o vacíos emocionales que tiene la persona en la infancia, niñez o adolescencia, pero rara vez en la adultez”, añadió.
Expresó que cuando los niños encuentran a alguien afín se sienten atraídos y pueden decirle lo que sienten y quieren sin que los juzguen o rechacen y así pueden encontrar a otra persona, entonces se van agrupando y es más fácil llevar a cabo una idea.
AYUDA PROFESIONAL
Méndez Galván dijo que los padres de familia detectan cuando la conducta de los hijos es diferente a la de los demás, pero cuando es igual a la de ellos no la perciben y es como si no pasara nada o no le dan importancia justificándolo con frases como “es un niño”.
“Si yo como padre les he enseñado que no deben agredir, no pelearse, golpear o ser groseros voy a notar que están haciendo algo indebido, entonces voy a hablar con ellos y entenderé que necesito la ayuda de un profesional”, mencionó el psicólogo.
La comunicación entre los padres de familia y maestros es muy importante, sobre todo para saber el comportamiento del niño en sus diferentes entornos.
“Depende de donde manifiesta la conducta agresiva para saber dónde es el problema, cuando se da en dos lugares el problema es en la casa, cuando el niño es violentado busca a quien regresar esa violencia”, explicó.
El profesional hará una evaluación para conocer de donde proviene ese comportamiento y quien o quienes la están generando.
“En la mayoría de los casos, el niño solamente es el reflejo de los padres, entonces no hay que trabajar con el niño, hay que hacerlo con ellos y después se trabajará algunas sesiones con el pequeño para hacerle ver las pautas de comportamiento”, advirtió.
El terapeuta Roberto Méndez dijo que estas acciones pueden corregirse y eliminarse y para hacerlo no solamente debe cambiarse la conducta, sino la forma de pensar.