Al escuchar sobre casos de niños que atentan contra su vida, es fácil pensar en las razones que lo llevarían a hacerlo y creer que solamente fue para llamar la atención de los adultos, pero no es así, los niños también sufren.
Reynosa, Tam.-
El suicidio infantil se refiere al hecho que comete un niño en el que consigue acabar con su vida de forma voluntaria.
Según un estudio realizado en Estados Unidos, el suicidio es la cuarta causa de mortalidad entre niños de 10 y 14 años, sin embargo, se tiene registro del suicidio de un pequeño de 7 años.
Esta información se encuentra publicada en el sitio web de Humanium, una organización no gubernamental que trabaja a nivel internacional mediante el apadrinamiento de niños, comprometida a trabajar en los rubros de educación, salud, microfinanzas, derechos humanos, medio ambiente y paz.
Claudia Lizeth Olivares, psicóloga general y maestra en Educación, dijo que el suicidio en niños está aumentando debido a la problemática social que se vive, entre la que se encuentran la violencia, el bullying, familias disfuncionales, etc.
Existen factores de riesgo personales y familiares que influyen para que un niño pueda atentar contra su integridad.
Entre los factores personales se encuentran la ansiedad, depresión, el no tener tanta facilidad para socializar, el bullying, entre otros.
La familia juega un papel importante en esta situación, por ejemplo, influye cuando no se ofrece un ambiente confortable, existe violencia intrafamiliar o no existe la confianza y las condiciones comunicativas adecuadas.
“El niño no tiene la confianza de pedirles ayuda o auxilio y su única salida para dejar de sufrir es el suicidio”, expresó la psicóloga.
Sin embargo, la experta dijo que cuando los niños atentan en contra de su vida no están terminando en acabar con ella, pues al ser pequeños no tienen conciencia de que morirán, pues solo piensan en escapar de la situación que los aqueja.
FOCOS ROJOS
Existen algunos comportamientos que pueden alertar a los padres de familia y que pueden ser indicadores de que su hijo puede convertirse en un suicida, tales como, trastornos del sueño, pérdida de apetito, descuidar su imagen, aislamiento, falta de interés en jugar, falta de motivación, bajas calificaciones, agresividad y pensamientos negativos.
“Las pesadillas pueden ser recurrentes y si están padeciendo bullying quizás no quieran ir a la escuela, pueden inventar cosas o poner pretextos para no hacer muchas actividades que antes eran parte de su rutina”, expresó la psicóloga.
Acontecimientos como la muerte de un familiar, o la llegada de la adolescencia pueden provocar gran estrés en los niños y orillarlos a presentar emociones difíciles de entender.
La depresión es una de las principales causas de suicidio, según Claudia Olivares, la cual pude deberse a varias causas, inclusive a un abuso sexual.
Cuando varios de estos síntomas se presentan el riesgo aumenta, por lo que Olivares mencionó que, los padres de familia deben estar muy al pendientes de sus hijos.
“Hay que investigar para saber qué les esta pasando, ir a la escuela, informarse con los maestros, con los directivos, con los compañeros, incluso con madres de familia y tratar de acercarse al niño”, agregó.
¡La buena comunicación es la clave para prevenir una situación que en el futuro pudiera lamentarse y en caso de que los niños no quieran hablar con los padres, deberán hacer uso de su ingenio para lograrlo.
“Como son niños puede ser a través del juego, haciéndoles preguntas sobre cómo les fue durante el día, quiénes son sus amiguitos… que el niño se sienta atendido y vea que hay interés en él”, dijo.
Lamentó que debido al estilo de vida en el que padre y madre trabajan, hay poco tiempo para la convivencia familiar y fomentar el intercambio de información entre todos sus miembros.
¿QUÉ HACER?
Si el niño lamentablemente, ya intentó acabar con su vida, los padres deberán actuar rápido para evitar que vuelva a intentarlo.
“Cuándo ya hubo un intento suicida se recomienda terapia psicológica, el especialista otorgará psicoterapia y hay algunos casos en los que se recomienda tratamiento farmacológico”, añadió.
Recomendó cambiar hábitos y costumbres para el bienestar del niño y darle las herramientas para su buen desarrollo.
“Que en la casa haya un ambiente ameno, sin gritos ni conductas que lo orillen a la depresión, si tienen problemas de rendimiento escolar, buscarles apoyo para su regularización”, mencionó.
Pero recomendó considerar la personalidad de cada niño, pus no todos tienen facilidad para expresarse, por lo que hay que motivarles y ofrecerle diferentes opciones de comunicación.