MONTERREY, N.L.-
El espectro autista tiene diferentes formas de desarrollarse en los individuos, incluso algunos son diagnosticados hasta que entran a la adultez.
A pesar de ser una discapacidad reconocida, pocas veces se habla de los familiares y cómo son afectados también por esta discapacidad.
Lola Hernández presentó el caso de su hijo Eric, quien fue diagnosticado con autismo regresivo al año y medio de edad, mismo que hace que el niño pierda sus habilidades sociales y de comunicación que ha adquirido hasta el momento.
Así, con casi dos años de edad, Eric dejó de hablar y socializar.
“La discapacidad simplemente pasa. No es porque yo o mi hijo somos especiales”, comentó Hernández en su conferencia en el Tec de Monterrey, dentro de la semana del evento “Vive con Causa”.
Este tipo de condición dentro del espectro autista se desarrolla de un día al otro.
No hay señales que puedan anticipar este diagnóstico. Así, la familia de Eric también tuvo que cambiar su forma de actuar y comunicarse de la noche a la mañana.
Como madre, Lola expresó que el mayor reto de tener un hijo autista es desprenderse del miedo social al rechazo y a los juicios.
También, poder darle atención a sus demás hijos cuando un niño como Eric es más demandante que sus hermanos.
Por otra parte dejar de buscar reconocimiento o lástima y hacer lo que es mejor para su hijo, es estar consciente que la sociedad mira a estas personas y los juzgan desde su zona de confort. (Con información de Patricia Berretta)