Ciudad de México.-
Las personas con diabetes que durante mucho tiempo no tienen o no siguen correctamente su tratamiento médico – ni dieta, ni actividad física –, mantienen elevados sus niveles de glucosa en sangre.
Ello agrava el daño a los vasos sanguíneos y nervios de sus pies y otros órganos, refirió el doctor Édgar Álvarez, del Instituto para el Desarrollo Integral de la Salud (Idisa).
Debido a este deterioro, estas personas frecuentemente llegan a presentar en sus pies: dolor, entumecimiento, hormigueo, falta de sensibilidad y otras alteraciones (neuropatía).
“Complicaciones que, con el paso de los días, semanas o meses, le impiden darse cuenta o le restan importancia a callos, ampollas y hasta úlceras (con o sin dolor), incluso hay quienes se acostumbran a ver estas lesiones abiertas”, destacó.
Álvarez advierte y remarca que a cada lesión, por pequeña que sea, el paciente y sus familiares, deben urgentemente darle toda la importancia, “pues, aunque por fuera no se vea, sabemos que ya existe un daño en los vasos sanguíneos y nervios de sus pies, y la falta de acción inmediata puede agravarla severa, rápida y fácilmente; se puede infectar y en poco tiempo poner en riesgo la extremidad del paciente y hasta su vida”.
Actualmente existen nuevos tratamientos y tecnologías para la atención de la diabetes y sus complicaciones, en especial, para la atención del pie diabético hay nuevos apósitos, tratamientos – tópicos y sistémicos – que nos ayudan a evitar amputaciones y mejorar las lesiones del paciente, dijo el también director de la Escuela Podológica de México.
“Estas complicaciones se pueden prevenir si se tiene un control adecuado de la diabetes con dieta, ejercicio, medicamentos, insulina y el uso frecuente de un glucómetro, así como revisiones periódicas, particularmente de los pies, con los que se debe mantener un cuidado excepcional, corte de uñas, atención de lesiones (callos) por un especialista en podología, con el objetivo de prevenir y/o detectar cualquier complicación”.
La amputación de miembros inferiores disminuye la calidad de vida de los pacientes.
La tasa de cirugía por este padecimiento en 2013 en el IMSS fue de 89.6 por cada 100 mil habitantes, cifra que aumentó desde 2004. El Instituto indica que estas tasas en México son muy altas en comparación con las reportadas en países desarrollados, por ejemplo el más alto, Estados Unidos con 26.5 y el más bajo, Corea con sólo el 7.7.