Reynosa, Tam.-
Cuando se planean unas vacaciones inolvidables muchos piensan en visitar Cancún, por eso Margarita Soto, realizó un viaje con sus amigas.
Ella tiene unas compañeras de la Parroquia del Carmen, de Reynosa, que planearon conocer el parque temático de Quintana Roo.
“La pasamos muy bonito, todo es hermoso allá”, dijo Soto, de 54 años.
El último día fueron al Parque Xcaret, donde en la entrada piden firmar unos papeles por cuestiones de seguridad.
Además de los 50 atractivos incluidos con la admisión a Xcaret, pudo probar una comida buffet en el restaurante que elija y tener acceso a las instalaciones exclusivas del área plus con casilleros, vestidores y baños privados, así como hacer uso del equipo snorkel en los ríos subterráneos.
“Todo está muy adecuado, hay un área los lockers, para cambiarse y otra baños. Pero la gente usó los baños para cambiarse”, dijo.
Por eso al subirse vio que la gente usó los baños, con sus trajes mojados.
Ella subió como siete metros en una escalera de caracol, pero estaba el piso mojado, tal vez alguien usó bloqueador.
“Como estaba muy mojado, me resbalé y no me pude detener. Apenas puse mi pierna derecha y como si fuera mantequilla, resbalé, se me fue una pierna de un lado y la otra para el otro”.
Al inicio nunca pensó en derrapar, pero cuando ocurrió no pudo detenerse y de repente escuchó un “crack” y era tanto el dolor que se desmayó.
Luego de unos minutos despertó y empezó a arrastrarse por el piso, curiosamente no pasaba gente para pedir ayuda.
“No me podía despertar, ya luego me arrastré hasta la orilla en el piso, para ver si alguien me podía ver, ahí me acomodé. Pero no tenía mi celular, todo se me había caído”, comentó.
Fue el instinto de supervivencia lo que la ayudó, intentó ponerse de pie pero no podía hacerlo.
“Nadie me veía, pero un joven de 14 años, me vio, pensaba que yo estaba en el suelo por puro gusto.
“Mijo me caí, no me puedo parar” y él le dijo que sí podía moverse, y la levantó.
Ya después se apoyó en él y llegó hasta donde estaban sus amigas.
No había sangre, pero recuerda cuando le tronó la pierna izquierda (tibia y peroné).
“Yo sabía que tenía que ir a un hospital, así que caminé un poco, dando brinquitos, buscaba una silla de ruedas y en la entrada les dije que me caí en el baño de caracol.
“Hubiera gritado. La tenemos que valorar”, le dijeron.
Ya luego le inmovilizaron su pie y la llevaron a un hospital, luego de hablar con el gerente del lugar, porque salía a Reynosa al día siguiente.
Ya la atendieron en emergencias, fueron muy amables, le hicieron una radiografía.
“Me dijeron tenemos una noticia buena y una mala. La mala es que se le fracturó tibia y peroné. La buena es que usted tiene muy buenos huesos, no me explicó como caminó hasta acá 15 minutos. Usted es una guerrera”, le dijo un doctor.
Luego le pusieron otra inyección para dolor. El traumatólogo hasta la felicitó.
“Sus huesos están muy bien. Si quiere estabilizarse puede ser cirugía, pero también podemos ponerle yeso. Y ya le dije que quería uno que no pesara mucho y me pusieron una férula de fibra de vidrio”.
Margarita resaltó que en Xcaret siempre la atendieron muy bien, a pesar de que era tarde, la llevaron a la farmacia, donde compró un medicamento para el dolor.
“Ya era tarde la 1:00 de la mañana. Mis amigas no sabían que me había caído, porque no me quejé. Hasta llegué brincando de un pie, apoyada de mis amigas, ellas me ayudaron a llevar mi maleta.
“A mí me trataron muy bien en Xcaret. Todo lo que visité está muy bonito. Lo recomiendo mucho”.