Nuevo Laredo, Tamps. / Octubre 19.-
Ante la inseguridad que se vive en la denominada “frontera chica”, la Iglesia Católica ajustó las actividades eclesiásticas que se realizan en dicha zona, principalmente en los municipios de Guerrero y Mier, a fin de salvaguardar la integridad física de la población.
El obispo de Nuevo Laredo, Gustavo Rodríguez Vega, indicó que en la actualidad “sigue el riesgo latente para los sacerdotes de esta zona, ya que no se ha superado la delincuencia” en esta región.
“Ojalá algún día podamos decir que está superado, que ya volvimos a la paz y la tranquilidad”, expresó.
Para el caso de Nuevo Laredo, dijo que las situaciones de riesgo se han ido reduciendo, pero hizo hincapié en que hay comunidades como Guerrero y Mier, Tamaulipas, que dependen de su diócesis, donde la situación sigue grave.
“En Guerrero la situación sigue siendo la misma, de inseguridad, queda muy poca población y están siempre temerosos de lo que pueda ser”, subrayó.
Aseguró que pese a esta situación, los presbíteros siguen en dichas comunidades, “ellos siguen acompañando a la gente en sus angustias, en sus necesidades, oyéndolos y rezando con ellos y por ellos”.
Enfatizó que el panorama reportado de esas comunidades, “es más que nada al atardecer, la gente ya procura no salir y de parte de la Iglesia ya no hay actividades nocturnas, ni celebraciones, a fin de no exponer a la sociedad”.
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