Tula, Tamps./Nov. 22
La zona semidesértica de Tamaulipas se está convirtiendo poco a poco en tierra de oportunidades para familias campesinas, que están aprovechando los recursos naturales para generar una fuente de ingresos.
A base de trabajo y esfuerzo, los habitantes de esta comunidad han logrado detectar las riquezas que guardan las plantas de la región, para convertirlas en cosméticos modernos, cuya venta les permita mejorar su calidad de vida.
Este “despertar a la productividad” se ve reflejado con la conformación de la Sociedad Cooperativa El Nogal, de Tula.
Esta es una pequeña empresa manejada por 12 mujeres campesinas que a pesar de la adversidad han salido adelante, al grado de que los productos naturales que elaboran están a punto de traspasar las fronteras del país.
La presidenta de la organización, Santa Ana Cruz Camacho, señaló que los productos elaborados por esta microempresa son a base de plantas de la región semidesértica, como la “sangre de grado”, sábila, lechuguilla y manzanilla, los cuales han tenido una muy buena aceptación en diversos mercados.
“En estos momentos estamos fabricando más de 20 productos distintos a base de plantas del desierto tamaulipeco, entre los que destacan shampoos, acondicionadores y talcos, cremas, entre otros, todos producidos a base de sábila, sangre de grado, orégano, nopal y lechuguilla”, comentó.
Actualmente, las mujeres campesinas de esta comunidad ya están trabajando en la elaboración del pedido más importante desde la conformación de su microempresa, debido a que están a punto de firmar un contrato para exportar sus productos a Estados Unidos.
Cruz Camacho dijo que la necesidad y la pobreza en que vivían las familias de esta comunidad les hicieron decidir unirse y formar su microempresa.
Las pocas ganancias que obtenían sus maridos al dedicarse únicamente a la talla de lechuguilla y a la producción de leña que vendían en la ciudad, no eran suficientes para la manutención de sus familias.
“Mi esposo estaba desesperado y, junto con otros hombres del ejido, pensaban irse de ´mojados´ a los Estados Unidos, pero yo sabía que esa no era la solución para salir de los problemas económicos”, afirmó.
Expresó que “un día llegó hasta esta comunidad un ingeniero de la Sagarpa, que iba en busca de sangre de grado”, una planta nativa de esta comunidad, que ahora saben, es utilizada para evitar la caída del cabello.
“Yo tenía mucha en el patio de la casa y le dije que tomara la que necesitara. Después de estar platicando un rato nos sugirió que por qué no nos dedicábamos a la elaboración de shampoo de esta planta, que servía para evitar la caída de pelo y que era muy efectiva para que volviera a salir”, refirió.
Fue ahí donde surgió la idea de capacitarse y formar un grupo de mujeres para iniciar con la microempresa, por lo que, después de elaborar el primer shampoo, se dieron a la tarea de comercializarlo casa por casa.
Destacó que fue tanta la aceptación, que la gente comenzó a pedir más y más, y optaron entonces por producir en forma masiva hasta conformar la microempresa.
“Ahora nosotros nos estamos dedicando a la producción de shampoo, acondicionadores, talcos y cremas de productos naturales que hay en esta región.
“Productos que ya son vendidos en la ciudad de México, Guadalajara y Mexicali, y en muy poco tiempo estarán al alcance de una sector de los Estados Unidos”, manifestó.
El éxito empezó a alcanzar a este grupo de mujeres hace unas semanas, después de que en una reunión en Mexicali, Baja California, a la que asistieron con el apoyo del Fondo Nacional de Empresas Solidarias (Fonaes), contactaron a un empresario estadunidense de una cadena comercial.
El inversionista extranjero se interesó mucho en sus productos y ya les solicitó un gran cargamento para venderlo en Los Angeles, California.
Por ello, solicitarán el apoyo de las autoridades respectivas para conseguir los permisos de exportación del producto y recibir asesoría para los trámites legales correspondientes.
La microempresaria aseguró que gracias al apoyo del gobierno del estado y de diversas dependencias del gobierno federal, como el Fonaes, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), han podido salir adelante con sus proyectos productivos.
“Antes comenzamos a elaborar el producto de una manera muy rústica, porque apenas teníamos una estufa de una mecha, una olla y llenábamos botes de un litro. Ahora, gracias al apoyo del gobierno, contamos con envases, etiquetas, y estamos acondicionando un área para el procesamiento de estos productos”, dijo.
Subrayó que en la actualidad, “contamos con estufas de mecha nuevas, ollas, embudos para envasar, refrigeradores, una planta de tratamiento de agua y hasta una planta de luz”, por lo que pueden producir hasta mil botes de shampoo al día y tienen capacidad para atender la demanda que requiera el mercado.
Puntualizó que ante el éxito alcanzado, las mujeres lograron que la mayoría de los hombres se quedaran y no se fueran a Estados Unidos, los cuales en ocasiones ayudan en la recolección de la materia prima, pues la empresa es operada solamente por la población.
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