Reynosa, Tam./ MEDIA HORA.-
Entre empujones y hacinamiento, miles de reynosenses se trasladan diariamente en las rutas urbanas que circulan por la ciudad.
El viacrucis de los usuarios del transporte público comienza desde temprana hora, cuando las insuficientes unidades, y en su mayoría en malas condiciones, se ven rebasadas por el alto número de pasajeros.
Los puntos más críticos se registran en las áreas aledañas a los parques industriales, en donde la definición de “auto sardina” o mejor dicho “pecera sardina” cabe a la perfección.
Y es que en los parabuses del área, todos los días, ascienden y descienden hasta 40 personas en unidades diseñadas para transportar a 20 pasajeros.
“Así se pone siempre a esta hora. Ni se puede subir a veces te toca en la puerta, pero pues ¿qué le hacemos? no hay de otra”, indicó Alejandra Torres, una usuario de la ruta 2.
Con ingenio, y un tanto de imprudencia, los choferes de transporte público hacen espacios en las unidades con el ya clásico “háganse más para atrás” o el “dejen subir a la persona por favor”.
“Lo que nunca he entendido es por qué si ya no hay espacio siguen subiendo a personas. O sea, está bien que suban, pero hasta donde quepamos, si ya no hay espacio que así le dejen”, mencionó la pasajera.
Sostenidos de los pasamanos, los asientos y hasta de los estribos, miles de pasajeros arriesgan diariamente su integridad con el fin de llegar a su destino, sin pensar en las consecuencias.
Y es que la falta de medias de seguridad en el transporte y la imprudencia con la que conducen la mayoría de los choferes, los vuelve vulnerables ante cualquier incidente vial.
Aunado a las condiciones de las unidades, que parecen auténticas tumbas rodantes, los pasajeros tienen que soportar el calor y en ocasiones el mal trato de los operadores.
Ya sean jóvenes, adultos, estudiantes o trabajadores, mujeres u hombres, todos por igual sufren la agonía de usar el transporte urbano, que no sólo no se renueva, por el contrario empeora cada día más, acorde a los usuarios.
“No es justo el costo de ocho pesos por las unidades en las que vamos, bien chiquitas y sin muchos lugares, o ya de perdido que no estén tan viejitas”, puntualizó la reynosense.
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