Cd. Victoria, Tamps.-
Es lamentable que debido a los excesivamente bajos salarios que se pagan en México y a que una parte importante de los trabajadores gana el mínimo o laboran sin cobrar, 52 por ciento de la población está en “pobreza de ingresos”, siendo este el resultado de la actual administración federal que dejará a un país con salarios de hambre y mucho coraje en los trabajadores.
María de la Luz Martínez Covarrubias, integrante del comité estatal del Partido del Trabajo (PT), manifestó que la grave pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, es reflejo de las distintas políticas económicas que han seguido las administraciones mexicanas en las décadas recientes, señalando que el salario ha ido a la baja empobreciendo a la clase trabajadora, violentándose flagrantemente la disposición del artículo 123 constitucional en materia de sueldos.
La ex diputada local plantea que para que a un trabajador le alcanzara para adquirir la canasta básica, el mínimo de sus percepciones debería ser de 9 mil 143 pesos, es decir, cuatro veces más de lo que ganan actualmente los asalariados; indicando que de poco o nada sirve el crecimiento de inversiones nacionales y extranjeras si estas llegan al país a establecer empresas o negocios que no sólo castigan más los salarios nacionales.
Esto, porque, que no pagan prestaciones ni aceptan sindicatos democráticos y mucho menos respetan los derechos de los trabajadores, sino que incluso no generan derrama económica, porque traen todos los insumos de sus productos, del extranjero y se llevan las utilidades, por lo que, según dijo, este modelo debe cambiar; planteando que uno de los factores que han deprimido los salarios e ingresos generales de los trabajadores es que la mayor parte de las empresas del país tienen contratos de protección.
Martínez Covarrubias, planteó que el problema de los bajos salarios y la falta de empleo tiene su origen en el mismo modelo económico que han seguido los recientes gobiernos, por lo que la alternativa para los trabajadores es un nuevo gobierno progresista, que modifique de raíz las relaciones económicas y que vea ya no por la empresa, sino por los trabajadores, por los ciudadanos.
(Reportero David Zarate Cruz)
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