Ciudad Victoria, Tamps. / Agosto 26.-
La matanza de 72 migrantes centroamericanos y sudamericanos en Tamaulipas desencadenó la condena de gobiernos latinoamericanos y del estadounidense, además de la advertencia de Amnistía Internacional de que el hecho pone a prueba a las autoridades mexicanas y se convertirá en un “emblema” de su capacidad o incapacidad para hacer frente a los abusos que se cometen contra indocumentados en el país.
Los gobiernos de El Salvador y de Guatemala repudiaron la masacre. En un comunicado, el ministerio de Relaciones Exteriores salvadoreño se declaró “impactado” y anunció que iniciará una investigación in situ.
En Quito, el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, informó que la embajada de su país en México se movilizó “inmediatamente” para auxiliar a sus compatriotas que pueden haber sufrido como consecuencia de la matanza.
El gobierno estadounidense, a través del portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, calificó de “terriblemente trágico” el hallazgo de los cadáveres.
El director de investigación de Fundación I(de)has, Mario Santiago, declaró este miércoles al diario español El País que los migrantes son un botín para el crimen organizado, “pero lo peor es que no hay persecución ni investigación”.
En un comunicado, una decena de organizaciones pro inmigrantes exigieron a la titular del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, velar por la protección de la víctima y una justa reparación del daño.
El Consejo para los Derechos Humanos de la ONU había emitido ya un extrañamiento al gobierno mexicano por las agresiones, torturas y asesinatos de indocumentados en su paso por México.
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