Cd. de México.-
La deuda del sector público en México asciende a 9.9 billones de pesos al primer trimestre de este año, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Estos compromisos financieros, que equivalen a 44.8% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, incluyen los pasivos del gobierno federal, de la banca de desarrollo, fondos y fideicomisos, deudas del IPAB, de organismos y empresas públicas, sí como programa de apoyo a deudores y Pidiregas, principalmente.
Pero si esta deuda quisiera ser absorbida de golpe y a cada uno de los habitantes del país les tocara aportar una cantidad similar para dejar en cero este adeudo, ¿de cuánto sería la contribución?
Las cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo) indican que actualmente hay 124.7 millones de habitantes del país.
Si la deuda asciende a 9.9 billones de pesos, a cada uno de los mexicanos les tocará aportar 79 mil 597 pesos si quiere ayudar a desahogar por completo y de un jalón el adeudo que por varios años ha arrastrado el sector público.
¿Pero esta cifra es más alta o más baja respecto a otros sexenios pasados?
La respuesta es que la deuda ha sido creciente durante esta administración, la cual si ha llegado a niveles superiores respecto a pasadas gestiones federales.
Para muestra aquí los datos.
Al terminar el año 2000, es decir, al concluir la gestión del entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, la deuda del sector público ascendía a 2 billones de pesos. En aquel tiempo los habitantes en el país eran poco más de 100 millones, lo que significa que para saldar los compromisos públicos cada uno de las personas debía contribuir con 20 mil 328 pesos.
Al cierre de 2006, cuando Vicente Fox entregaba las cuentas, el saldo de la deuda del sector público sumaba 3.1 billones de pesos. La población para entonces ya era de 108.4 millones de habitantes; a cada una de las personas le tocaba una aportación de 28 mil 922 pesos para liquidar los pasivos.
En el sexenio que se dio un gran brinco fue con Felipe Calderón. Al concluir 2012, y cuando el entonces mandatario terminaba su administración la deuda del sector público llegó a 5.9 billones de pesos; la población de ese momento, de acuerdo con los datos de Conapo, era de 117 millones, lo que significaba entonces un desembolso per cápita de 50 mil 326 pesos para dejar en cero el saldo de los compromisos del sector público.
Este desde luego es un ejercicio hipotético en el que se simula que cada mexicano, incluidas las personas más grandes de edad, estudiantes, trabajadores del sector público, jóvenes, adolescentes, niños o incluso los recién nacidos tuvieran que aportar para el pago de la deuda.
Lo que es un hecho es que la deuda ha ido teniendo un crecimiento sostenido que se acentuó más sobre todo en las dos últimas administraciones federales.
Ahora el futuro gobierno deberá iniciar su gestión con el compromiso de reducir el tamaño de estos pasivos con el fin de mantener la nota crediticia que otorgan las calificadoras, las cuales otorgan de acuerdo con el desempeño de sus finanzas públicas y que no pongan en riesgo el pago de la deuda.