Washington, D.C.-
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la deuda del gobierno mexicano se situará en 51.4% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre de este año, 2.4 puntos porcentuales más de lo que llegó a proyectar seis meses atrás.
Si bien México es uno de los países con menores niveles de deuda como proporción de su PIB, se trata de una de las pocas naciones que irá en contracorriente con los esfuerzos del resto de los países, que buscan disminuir los pasivos contraídos a lo largo de los años.
De acuerdo con el informe Monitor Fiscal del organismo internacional, la deuda del gobierno mexicano también se incrementará el próximo año, para situarse en 51.7% del PIB, lo que también resulta mayor en 2 puntos porcentuales a lo que llegó a estimar el FMI en octubre pasado.
Respecto a 2014, cuando los pasivos del gobierno ascendieron a 50.1%, la deuda de México crecerá 1.6 puntos porcentuales en dos años, el crecimiento más alto, solo detrás de China, que los incrementará en 5.1 puntos en el mismo periodo, y de Francia, que hará lo propio en 3 puntos porcentuales en el mismo lapso.
El escenario de mayor endeudamiento de la economía mexicana se dio dentro de las advertencias que hizo el FMI sobre mayores riesgos fiscales en el mundo, esto por los elevados niveles de pasivos de las economías avanzadas, y por los altos costos de financiamiento público de los mercados emergentes.
El director del Departamento de Asuntos Fiscales del organismo internacional, Vitor Gaspar, explicó que la deuda pública es un obstáculo para el crecimiento.
“A pesar de las importantes iniciativas lanzadas desde 2010, la relación de la deuda/PIB promedio de las economías avanzadas es de más de 100%. Para los próximos años no se espera una baja gradual, y las proyecciones de deuda de algunos países han sido revisadas al alza”, detalló el funcionario.
Añadió que el déficit promedio de los países emergentes, de ingreso medio y de ingreso bajo, está en aumento y con perspectivas de un alza durante el presente año.
Añadió que los mercados exportadores de petróleo perdieron una proporción importante de ingresos por la fuerte caída en los precios del combustible, lo que a algunas naciones las ha llevado a responder este fenómeno con un ajuste fiscal, mientras que otros adaptaron el shock a través del déficit.
Más impuestos, menos subsidios
Vitor Gaspar reconoció que el actual entorno de bajos precios del petróleo es una oportunidad para que los países aprovechen para elevar los impuestos a la energía y reduzcan los subsidios que se dan para su consumo.
Explicó que a través de ese mecanismo se podría disminuir la presión fiscal en otros impuestos como los relacionados con el trabajo, lo que a su vez promovería la generación de empleos.
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