El bolsillo de las familias mexicanas resultó afectado en los últimos doce meses, tanto por presiones en alzas de los alimentos, como de los servicios del hogar relacionados con los incrementos en los combustibles.
Los precios han repuntado de manera significativa sobre todo en lo referente a los alimentos; tan sólo hasta la primera quincena de agosto se reportan alzas de 9.28% en términos anuales, según el Banco de México.
En este rubro destacan aumentos en el precio del arroz, con 63%; el aceite comestible, con 52.4%; el huevo reporta alzas de 30.3%, el frijol de 27.20%, el pan subió 24.3%, mientras que el trigo aumentó 20.2%, y los quesos 12.4% a tasa anualizada.
Además, la población ha tenido que pagar más en servicios como la vivienda, agua, electricidad y gas, así como por la educación, las consultas médicas y los servicios de transporte colectivo, aéreo y gasolinas.
Algunos bancos también aumentaron el cobro de sus comisiones en los servicios que prestan y argumentaron que esta decisión se tomó en parte por presiones inflacionarias.
Aunque este tipo de servicios no impacta en la inflación general, sí repercute en el bolsillo de las personas, comentaron analistas.
La escalada de precios internacionales de los alimentos alcanzó también a los bolsillos de los mexicanos. Según cifras del INEGI, las familias destinan 30 de cada 100 pesos de su gasto en alimentos y bebidas consumidos dentro del hogar. Sin embargo, el mayor impacto lo sufren los de ingresos más bajos, quienes destinan 40 de cada 100 pesos.
Alfredo Coutiño, economista senior para América Latina de Moody´s, explicó que las alzas en los alimentos tienen su origen tanto en la parte interna como externa. En relación al ámbito local se explica por las distorsiones existentes en la oferta, pues en los últimos meses ésta se ha visto afectada por las intensas lluvias que ha interrumpido el abasto de productos agrícolas. En tanto, en la externa, el repute proviene del aumento de la energía, así como de la mayor demanda de economías como China e India, que presionan el costo de los llamados commodities a nivel global.
En caso de los alimentos ha bajado por el calentamiento global que propicia la formación de huracanes, que afectan cultivos.
El subdirector de Análisis de Santander, Salvador Orozco, dijo que el golpe en los bolsillos de los mexicanos se deriva de los aumentos observados en los alimentos procesados, servicios y combustibles. Al cierre del año, dijo, la inflación será de 5.50%, pero el panorama se complicará porque en los siguientes meses se esperan mayores alzas a la gasolina, lo que presionará a los precios, sobre todo en el sector servicios.
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