México, D.F.-
La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) recortó, por tercera vez en el año, la tasa de interés de referencia, en esta ocasión en 25 puntos base, para ubicarla en 3.50 por ciento, ante el entorno de desaceleración económica y su impacto en la inflación.
En su anuncio de política monetaria, destacó que “la postura monetaria es congruente con la convergencia eficiente de la inflación a la meta de 3.0 por ciento, pero considera que no serán recomendables reducciones adicionales al objetivo para la tasa de interés de referencia en el futuro previsible”.
Sin embargo, destacó que la Junta se mantendrá atenta a los efectos que causen en la inflación los cambios de precios relativos derivados de las modificaciones fiscales.
Asimismo, vigilará las implicaciones que sobre las previsiones para la inflación tengan la evolución de la actividad económica y la postura monetaria relativa de México frente a Estados Unidos, entre otros factores, con el fin de estar en condiciones de alcanzar la meta de inflación señalada, indicó.
El anuncio del instituto central estuvo en línea con lo esperado por analistas, que estimaban una disminución de la tasa de interés interbancaria.
Además, prevalecen riesgos a la baja para el crecimiento económico mundial y anticipó “que en los siguientes meses los mercados financieros continúen viéndose afectados por la incertidumbre asociada a las discusiones en torno a las políticas fiscal y monetaria en Estados Unidos”.
La actividad económica en México registró este año una desaceleración en el primer trimestre y una contracción en el segundo, aunque hay indicadores que sugieren que la economía comenzó a mostrar una incipiente recuperación en el tercer trimestre del año.
“Lo anterior refleja que algunos de los choques adversos que se manifestaron a partir de la segunda mitad de 2012 aparentemente han empezado a diluirse”, pero prevalece un considerable grado de holgura en el mercado laboral y en la economía en su conjunto, comentó.
El instituto central refirió que la inflación general en la primera quincena de octubre fue 3.27 por ciento, con lo cual se ubicó por debajo de 3.5 por ciento desde julio de 2013, lo que se debió, en parte, a que el componente de inflación subyacente se mantuvo por ya varios meses alrededor de 2.5 por ciento.
Agregó que los fenómenos meteorológicos que afectaron a algunas regiones del país a mediados de septiembre no tuvieron efectos significativos sobre la inflación, ni sobre el abasto.
Añadió que las expectativas de inflación correspondientes al cierre de 2014 presentaron un ligero incremento en respuesta a los posibles efectos de las modificaciones fiscales sobre algunos precios relativos, aunque permanecen por debajo de 4.0 por ciento.
“Si bien se anticipa que en lo que resta de este año y durante el próximo la actividad económica en México muestre una recuperación, se prevé que el crecimiento económico para 2013 y 2014 sea inferior a la proyección publicada por el Banco de México en su último Informe sobre la Inflación”, destacó.
Por lo anterior se espera que prevalezca un amplio grado de holgura en la economía por un periodo prolongado, “aunque reduciéndose en el horizonte de tiempo en el que opera la política monetaria”.
Aun así, señaló, “se considera que los riesgos a la baja para la actividad económica en México, aunque menores que en la ocasión anterior, se mantienen elevados”.
El banco central anticipó que en 2013 y 2014 no habrá presiones inflacionarias provenientes de la demanda y que el efecto sobre la inflación de los cambios impositivos, en su caso, será moderado y transitorio sin propiciar efectos de segundo orden.
En cuanto a los riesgos para la inflación, explicó que en el corto plazo, la posibilidad de que la recuperación de la actividad económica en México resulte menor a la anticipada podría provocar presiones a la baja.
En ese sentido, abundó que en el mediano plazo los avances en el proceso de reformas estructurales podrían permitir un mayor crecimiento con menor inflación.
En cuanto a los riesgos al alza, ante un episodio de elevada volatilidad en los mercados financieros internacionales, no puede descartarse la posibilidad de un ajuste cambiario, en ese caso, se esperaría un traspaso reducido de la variación del tipo de cambio a la inflación.
Agregó que “se considera que el balance de riesgos para la inflación en el horizonte en que tiene efecto la política monetaria ha mejorado”.
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