Para muchos es la última leyenda viviente de la lucha libre y para otros es la máxibma figura que éste deporte ha dado al mundo entero, pero hay otro concepto para este gran coloso.
Ególatra, arrogante, presumido y hasta abusivo, así califican algunos al gran Mil Máscaras, quien al parecer se aplicó a si mismo tremenda quebradora por su comportamiento con los aficionados que aún lo admiran.
La singular forma de ser de éste gigante potosino ha hecho que la gente empiece a perderle respeto, al grado de atacarlo en sus redes sociales y prácticamente exigirle su retiro.
A sus 81 años, Mil Mascaras se niega a dejar los cuadriláteros y aunque ésta decisión podría ser de admirarse para una persona de su edad, el tiempo ha dejado las naturales huellas de su paso en el físico del llamado también Don Personalidad.
La penosa apariencia de Mil Mascaras con su atuendo de luchador, ha generado incluso, que algunos videos fueran retirados de las redes sociales ante las incesantes burlas y críticas.
Sin embargo, el problema para que el público le haya aplicado una plancha desde la tercera cuerda al emblemático luchador recordado por su participación en la película considerada de culto como Santo vs, Las Momias de Guanajuato, es su actitud ante quienes se le acercan para pedirle un autógrafo o una fotografía.
Mil máscaras cobra hasta mil pesos por dar un autógrafo, no se toma fotos si no le compras alguno de sus productos oficiales, vende sus máscaras a un precio superior a los 5 mil pesos a través de sus redes sociales y el colmo llegó cuando le “decomisó” una máscara de juguete a un niño que se le acercó para que se la autografiara.
Además a diario pública un video amenazando con proceder legalmente en contra de quien utilice su imagen que asegura ser marca registrada sin su consentimiento, aunque todo el mundo sabe que el nombre e imagen fue creada por el editor de la desaparecida revista LUCHA LIBRE, el periodista Valente Pérez, quien lo sacó del fiscoculturismo para llevarlo a los encordados.
Recién ingresado al Hall of Fame de la WORLD WRESTLING ENTERTAINMENT, el multifacético presume en sus entrevistas ser el luchador mexicano que más países a visitado, hablar varios idiomas y es una realidad que en Japón es idolatrado casi casi como un Dios Azteca.
Pero nadie le perdona sus desplantes en donde se presenta y así poco a poco se va a apagando la estrella que en 1966 debutara en Guadalajara bajo la mirada del su maestro el gran Cuauhtémoc “EL Diablo” Velazco.
Mil Máscaras quien apareciera como protagonista junto con su hermano Dos Caras sin su capucha, es decir, sin máscara, en la cinta “La Verdad de la Lucha”, tiene aún la oportunidad de reivindicarse con su público, pues sus tiempos de atleta ya pasaron pero no los recuerdos de esa plancha denominada el “Vuelo Fantástico” con el que daba cerrojo a sus combates y sus múltiples diseños en cada una de sus tapas.