Guadalajara, Jal.-
Para el historiador Enrique Krauze, la palabra “comprender” es fundamental en su trabajo y es muy distinta a la palabra “explicar”, dice, pues “comprender” tiene que ver con el cómo, con repensar y con tratar de sentir lo que la vida significaba para otros hombres.
Durante la presentación del libro “México. Biografía del Poder”, versión definitiva revisada por él y que aglutina los libros “Biografía del Poder”, “Siglo de Caudillos” y “La presidencia imperial”, Krauze ejemplificó ese ejercicio de la comprensión con el personaje de Álvaro Obregón.
“Obregón no era un personaje simpático, pero más allá de la simpatía o antipatía el biógrafo debe comprender”, sostuvo y recordó que al tener acceso a documentos personales de Obregón encontró poemas y una cierta obsesión con la muerte., lo que le reveló que el caudillo invicto de la Revolución Mexicana tenía un espíritu trágico y fatalista que lo marcaba.
El análisis de esos datos, consideró el historiador, no nos da la verdad pero nos acerca un poco a la visión de una persona.
Así, insistió en que la historia y la biografía tienen algo del método científico pero no se trata de citar o enunciar leyes con ella, por lo que para él es más interesante dibujar personajes mexicanos, desde Miguel Hidalgo hasta Ernesto Zedillo.
Para presentar esta obra, Krauze dialogó con el escritor Hugo Hiriart sobre el trabajo del biógrafo e Hirirat dio pie a la conversación señalando que la biografía es un género muy discutido porque hay quienes no la consideraba historia.
No obstante, aseguró que Krauze es capaz de ver el acontecer histórico al relatar la historia de los personajes que elije.
Al respecto, Krauze señaló que su trabajo tiene que ver con la biografía inglesa que se hace desde el siglo XIX, donde se inserta a un personaje en su panorama para ver cómo ellos influían en el país y el país en ellos.
Hiriart concluyó recordando que el propósito del historiador no es escribir la verdad, sino dar una versión coherente de sucesos que convivan con otras versiones coherentes de otros historiadores.