Ciudad del Vaticano.-
El Papa Francisco reanudó hoy las audiencias generales de los miércoles, tras una pausa de verano, y recordó su viaje de julio pasado a Brasil, donde encabezó la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.
No obstante el calor, más de 50 mil personas se dieron cita en la Plaza de San Pedro para saludar a Jorge Mario Bergoglio, quien realizó su ya tradicional recorrido en papamóvil para saludar a los peregrinos.
El pontífice adelantó un mes el regreso a las actividades plenas del Vaticano, que durante el pontificado de Benedicto XVI solía retomar el ritmo a inicios de octubre.
Por su parte, el pontífice no quiso tomarse vacaciones, permaneció todo el verano (que aún no termina) en Roma y aunque la Curia Romana estuvo semidesierta en agosto, él realizó diversas iniciativas por su cuenta.
Como él mismo anunció, pudo aprovechar que “la casa estuvo un poco vacía” para ultimar detalles de un gran documento dedicado al tema de la evangelización, que publicará en las próximas semanas con motivo del Año de la Fe, que concluye en noviembre.
Asimismo avanzó en la reforma de la Curia Romana y preparó el cambio del secretario de Estado, el “número dos” de la Santa Sede, que se dio a conocer apenas el sábado 31 de agosto.
El lunes pasado reinició sus misas diarias en la capilla de su residencia, la Casa de Santa Marta, y con la audiencia de este miércoles, sus labores retomaron un ritmo normal.
Durante su catequesis semanal recordó su viaje a América Latina, “donde vive la mayor parte de la Iglesia católica”, y calificó su experiencia con los jóvenes en Brasil con tres palabras: acogida, fiesta y misión.
“Cuando una ciudad se llena de chicos y chicas que van por las calles con banderas de todo el mundo saludándose y abrazándose, es una fiesta verdadera. Es una señal para todos y no solo para los creyentes”, señaló.
Aseguró que esos jóvenes, que “llevan su amor a la vida de todos los días, lo viven y lo comunican”, “no salen en los periódicos porque no actúan con violencia, no dan escándalo y por lo tanto no son noticia”.
“Pero, sí permanecen unidos a Jesús, construyen su Reino, construyen fraternidad, comparten, hacen obras de misericordia, son una fuerza potente para hacer que el mundo sea más justo y más bello, para transformarlo”, apuntó.
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