México, D.F. / Noviembre 27.-
¿Qué se puede crear? Lo que no existía. Lo que ya existía no se puede crear. ¿Qué se puede revelar? Lo desconocido. Lo conocido no es revelación”.
Con estas palabras, el poeta español Antonio Gamoneda traza la que llama “la función de la poesía”.
“La escritura de voluntad poética -dice en entrevista el autor nacido en Oviedo en 1931 y Premio Cervantes 2006- nace de una estupenda confusión interior que tiene el poeta”.
El escritor español se encuentra en México para participar en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde la región de Castilla y León es la invitada de honor. Sucede que desde cuando Gamoneda tenía tres años llegó a vivir a León, con su madre, y ha sido allí donde vivió las experiencias de sufrimiento y pobreza tan definitorias para su obra, donde comprendió lo que era la guerra, donde luchó en la resistencia contra la dictadura, donde ha escrito su obra poética y ensayística, donde ha hecho familia y amigos, y donde a sus 79 años prepara tres libros.
Sublevación inmóvil fue su primer libro publicado, en 1960; pero Gamoneda escribía desde mucho antes, desde los 16 años. Fue una herencia de su padre, el poeta modernista Antonio Gamoneda. Vendrían, con los años, libros como “Blues castellano” (que estuvo prohibido por más de 15 años), “Descripción de la mentira”, “Lápidas”, “Edad”, “Cecilia y Arden las pérdidas”, entre otros. Se han editado 18 antologías de su obra.
Un armario lleno de sombra, libro de memorias de su infancia, es su publicación más reciente.
“Las memorias empiezan cuando yo empiezo a tener cierta conciencia de los hechos, hay lo que yo llamo recuerdos heredados, que mi madre me transmitía del pasado de nuestras familias. Las memorias terminan el día que cumplo 14 años. Las corto ahí porque en ese momento se da un cambio en mi vida, francamente serio. Hay en todos los seres un segundo nacimiento que es cuando se nace a la conciencia, todavía infantil, pero a la conciencia. En mí fue a los cinco años, cuando comenzó la Guerra Civil. Se prolonga la conciencia infantil hasta que cumplo 14 años, porque al día siguiente de que cumplo 14 años, a las cinco de la mañana, yo estaba encendiendo una calefacción de carbón; la guerra nos había dejado en la más absoluta pobreza. Además, no quise estar más con los frailes agustinos, que me daban enseñanza gratuita y de los cuales tengo, francamente, mal recuerdo. Dije: ‘me voy a trabajar donde sea’. Empecé a trabajar, fui desarrollando al mismo tiempo mis estudios; a los 16 años empecé a escribir. Y aquí estoy, un poquito después”.
La escritura significó una liberación para “los sufrimientos, las inquietudes, las preguntas existenciales del joven. Normalmente el poeta, yo al menos, no sabe lo que sabe, hasta que no se lo dicen sus propias palabras ya escritas”.
– Nuevas páginas
Ahora Gamoneda ha iniciado el segundo tomo de memorias. “Pero no sé si lo haré porque yo no puedo mentir, ni puedo ocultar; pero si digo todo, como son los años peores, los más duros de la resistencia, pues hay muertes de compañeros míos que las familias no saben cómo fueron y yo no me atrevo a proporcionarle a esas familias el sufrimiento de decir la verdad. Así que no sé si habrá segundo tomo de memorias”.
El más adelantado de los tres libros que prepara será uno de poemas que podría titularse “Canción errónea”, aunque no está seguro del nombre:
“Es significativa la palabra ‘errónea’. La poesía es un no saber sabiendo, como decía San Juan de la Cruz. Y yo mismo, de una manera más ruda, he dicho que no sé lo que sé hasta que no me lo dicen mis palabras. Pero este libro, quizás, pudiera tener (que ver) con mi convicción de que la vida es un extraño accidente que consiste en ir de la inexistencia a la inexistencia. Afortunadamente en medio se dan el amor, la amistad, la solidaridad, pero es un extraño accidente ¿estoy aquí y por qué? Voy a volver a donde estaba hace 120 años. Cabe entender que yo piense que la vida, que me parece un extraño accidente, sea entendida como un error. Cosa muy discutible, pero que está en mí en este momento”.
El tercer proyecto de libro que tiene Gamoneda es con dibujos del también poeta Juan Carlos Mestre.
– Distancia y reencuentro
Antonio Gamoneda distingue la búsqueda entre la prosa y la poesía, porque si bien una persigue informar, la otra lleva significados implícitos, nunca explícitos. “La poesía crea nuevas realidades, realidades subjetivas, realidades cerebrales, realidades íntimas”.
A la edad de 30 años y hasta los 44, Gamoneda dejó de escribir para participar en la resistencia.
“Hacia el año 75, 76, la función de la resistencia dejó de tener sentido, aunque las cosas no se hubieran resuelto como nosotros pensábamos. Vino una especie de repliegue hacia mí mismo y mi subjetividad empezó a funcionar otra vez; y un día estaba paseando por el campo y se me aparecieron, porque se me aparecieron, yo no iba persiguiéndolas, diez o doce palabras que pertenecían al pensamiento rítmico que es la poesía. Ahí empezó todo: ‘El óxido se posó en mi lengua como el sabor de una desaparición’.” (Son las primeras líneas de su libro Descripción de la mentira).
Gamoneda opina que la pobreza no es un tema sino “un estado de conciencia y de ánimo”. Reclama que haya pocos estudios en torno de la cultura de la pobreza y la creatividad, cuando ésta está presente en la vida y obra de grandes escritores como Miguel de Cervantes, François Villon o incluso de César Vallejo, a quien considera “el más grande poeta en español del siglo XX”.
“Hay datos diferenciales con los escritores que nacen con una biblioteca de 15 mil volúmenes, papá, estudios en el extranjero. Otros partimos de circunstancias muy distintas y esa circunstancia entra en la esencialidad poética”, dice el escritor.
Pero al mismo tiempo, Gamoneda se cuida de que su poesía tengo un énfasis marcadamente social:
“Hay un libro mío, Blues castellano, donde probablemente hay cierto fondo social, pero no es un fondo manifiesto, con voluntad de crítica ni de agresión intelectual a los poderes injustos… Esas actitudes hay que tenerlas en la vida de cada día, pero la poesía es otra cosa.
Por eso creo que los poetas de intención prioritariamente social están equivocados, porque degradan el lenguaje de creación, de revelación”.
Como lector, Gamoneda dice que está en una edad en que la vocación lectora está orientada principalmente a antiguos libros, pero que le gusta buscar a los jóvenes poetas:
“Yo pienso que no es la gente de mi edad la que va a llevar adelante la poesía, es la que tiene, cuando mucho, la mitad de mi edad. Pero hay una incomunicación realmente fastidiosa entre la lengua hispánica de América y la de España. Yo lo he planteado en la Biblioteca Nacional, en el Instituto Cervantes, a más de un ministro de cultura, pero no veo solución. Si tenemos una patria común que es la lengua, tenemos que conocernos mejor”.
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