Monterrey, N.L.-
Mientras el tema de la Protección de a la vida, desde la concepción hasta la muerte, ha generado controversia en la entidad neolonesa como en muchas otras del país, hay mujeres que más allá de intervenir en esta disputa de derechos sobre interrumpir o no el embarazo, sufren por haber perdido un hijo.
“Mientras otras no quieren tener a sus hijos, otras anhelamos uno”, expresó Gloria, una joven de 30 años quien a un mes de embarazo a causa de un aborto espontáneo, perdió a su primer retoño.
“Se me vino”, comentó. “De pronto sentí un dolor muy fuerte… algo así como un calambre, incluso me dieron ganas de ir al baño y sentí que algo se desprendió desde mi interior; me asusté mucho y fui al doctor”, explicó.
“Lamentablemente se perdió el feto, fue aborto natural”, le dijo el médico, recuerda Gloria aún con dolor y nostalgia. Al principio se cuestionó por qué había sucedido eso, pues en la última revisión médica le dijeron que “todo estaba bien”.
Por más explicaciones que el doctor le dio, no logró entender la situación pero con el paso del tiempo “aprendí junto con mi esposo a aceptar la realidad”. Fue difícil, reconoció y recuerda cuantas veces repitió en su mente: “cómo puede haber mujeres que los quieran abortar intencionalmente”.
Ella y su marido estaban muy ilusionados con la llegada de su hijo(a). Aunque tenían poco de casados y no planearon procrear tan rápido, cuando se enteraron del embarazo y vieron en el ultrasonido el embrión, no evitaron emocionarse.
“Si nos cayó de sorpresa y aunque no estábamos preparados, al final de cuentas nos invadió la felicidad. Creo que nunca estamos listos para ser padres y mira, que cosas… al paso de un mes, lo perdimos”, dijo Gloria.
Y si, quizás la vida los sorprendió con la pérdida de su primogénito pero al paso de unos meses, la cigüeña llegó: “estábamos embarazados”, comentó contenta porque está a dos meses de dar a luz a una hermosa niña.
Como Gloria, muchas mujeres podrían manifestarse en contra del aborto y aunque no es partidaria de este acto, considera que más allá de una ley, de normas o sanciones, traer a un hijo a este mundo “es una bendición y decisión, tanto personal como de pareja; por tanto, el aborto no es ni siquiera una opción”.
“Qué bueno que se abogue y queden establecidos nuestros derechos como mujer en cuanto a la interrupción o no del embarazo pero ojalá sea una ley justa”, manifestó.
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