México, D.F.-
Enrique Serna comienza a leer el último cuento que ha escrito, se llama “La incondicional”, como aquella canción tan famosa entre la juventud de los años 80; pero la protagonista del relato es abismalmente distinta a la del tema. Es una mujer manipuladora, que con el arte del engaño y el chantaje consiguió que su matrimonio durara más de 30 años.
La voz del escritor describe escenas de la pareja que a los oyentes les resultan simpáticas.
Las risas de los asistentes al cuarto día del Festival Internacional de Poesía y Prosa, que concluyó este viernes en lo que será “La ciudad de los libros”, se multiplican a cada minuto.
Sentado, a un costado de Serna, que lee de pie, está Adonis, el autor que bien podría llevar por apellido “el más grande poeta del mundo árabe”; sonríe, parece admirarle la respuesta del público.
El narrador concluye y da paso a otro poeta, Luis Miguel Aguilar, quien también divierte a los escuchas con sus poemas acerca de su madre, su padre y su tío cubano.
La fiesta literaria cierra con Adonis. Él lee en árabe, por momentos expresa cada verso con los ojos cerrados, gesticula, manotea. Algo en su voz indica que el poema, sin duda, ha sido contundente, bello.
La gente responde al poeta con aplausos, alguien se pone de pie, los demás replican el gesto. Adonis sonríe, se acerca a Serna para pedirle que se levante de su silla y todos reciban la calidez, el narrador no entiende, se queda sentado. El poeta no insiste, se queda de pie, feliz.
Discussion about this post