Cd. de México.-
En el intento por arrancar la grasa de las sartenes, eliminar los restos de comida y combatir los malos olores en los trastes, recurrimos a decenas de trucos para hacer de manera eficiente esta tarea dentro de la cocina.
El uso de esponjas, zacates y cepillos parece no ser suficiente, pues cada vez es más común encontrar a la piedra pómez junto a los productos para la limpieza de los platos metálicos, parrillas del horno, tablas de picar, etcétera.
Este producto, además de económico, tiene diversas aplicaciones en la limpieza del hogar y todo se debe a su textura porosa. Sin embargo, esta misma cualidad podría dañar tus utensilios y aquí te decimos por qué.
¿Se pueden lavar los trastes con la piedra pómez?
La piedra pómez es una roca ígnea volcánica formada a partir del enfriamiento rápido de lava rica en gases. Durante este proceso, los gases atrapados generan una estructura extremadamente porosa y liviana, lo que le da su apariencia característica llena de cavidades.
Esta textura esponjosa no solo la hace flotante en el agua, sino también altamente abrasiva, cualidad que ha sido aprovechada en distintas aplicaciones industriales, cosméticas y domésticas.
Hoy en día, su uso es muy diverso: se emplea en la industria de la belleza para remover piel muerta, en el hogar para limpiar superficies difíciles, y también en la agricultura, donde se mezcla con sustratos para mejorar la aireación del suelo.
Aunque en el lavado de trastes ha ganado popularidad por su eficacia para eliminar residuos incrustados sin dañar ciertos tipos de superficies.
Gracias a su textura porosa y abrasiva, esta piedra puede remover restos de comida quemada, grasa endurecida y sarro que los estropajos convencionales no logran quitar con facilidad.
Es especialmente útil en ollas y sartenes de hierro fundido, acero inoxidable y utensilios resistentes, donde se busca una limpieza profunda sin recurrir a productos químicos agresivos.
¿Cómo usar la piedra pómez para lavar los trastes?
Para utilizarla correctamente, se recomienda humedecer tanto la piedra como el utensilio a limpiar. Luego, con movimientos suaves y controlados, se frota la superficie afectada hasta que los residuos desaparezcan.
Es importante enjuagar frecuentemente tanto la piedra como el traste durante el proceso, para evitar que las partículas desprendidas vuelvan a adherirse o rayen innecesariamente.
Tras su uso, la piedra pómez puede enjuagarse y dejarse secar para volver a utilizarla más adelante.
