Guadalajara, Jalisco.-
La esclerosis múltiple, enfermedad autoinmunitaria que afecta directamente el cerebro y la médula espinal, la padecen más mujeres, con una prevalencia de hasta tres casos por cada varón, informó el especialista Rubén Santoyo Ayala.
El subdirector médico del turno nocturno del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, explicó que este padecimiento es causado por daño en la vaina de mielina, es decir, la cubierta protectora que rodea a las neuronas.
“Cuando ésta se daña, los nervios sufren afectación y los impulsos nerviosos se detienen”, detalló el también médico internista.
Indicó que la edad de los pacientes es de entre 20 y 50 años, no obstante, la afección puede desarrollarse en cualquier etapa de la vida y en México se estima que se registran entre 12 y 15 casos por cada 100 mil habitantes.
Santoyo Ayala refirió que entre los factores desencadenantes de esta patología, se encuentran: las infecciones virales, en especial las producidas por el virus de Epstein-Barr, pero tener antecedentes familiares de esclerosis múltiple, aumenta hasta en 20 por ciento las probabilidades, sin omitir que el tabaquismo es otro detonante.
“Los fumadores tienen dos veces más riesgo de esclerosis, sobre todo si fuman más de 20 cigarros por día, el humo del tabaco afecta a los neutrófilos, macrófagos y monocitos, que son células del sistema inmunitario, contenidas en tejidos”, aseguró.
La sintomatología incluye fiebre, pérdida del equilibrio, espasmos musculares, entumecimientos en cualquier zona del cuerpo, dificultad para mover brazos y piernas, alteraciones al caminar, temblores.
Además, debilidad de extremidades, visión doble, fatiga y dolor muscular, así como facial, pérdida de la memoria y sordera, entre otras manifestaciones.
Las molestias pueden persistir por semanas o meses, y tanto la exposición al sol como los baños calientes pueden desencadenar o empeorar periodos críticos, característicos de la esclerosis, explicó el especialista del Seguro Social.
El diagnóstico de la enfermedad es clínico, a través de una exploración e interrogatorio del médico; además de otros estudios confirmatorios como resonancia magnética de cráneo y columna, entre otros.
En cuanto al tratamiento, refirió que consiste básicamente en el suministro de corticoides y plasmaféresis, además de brindar programa de rehabilitación física y manejo educativo y psicológico para mejorar la calidad de vida, dado que la patología no es curable.
La mayoría de los pacientes presentan periodos críticos de la enfermedad de una a dos veces al año, puntualizó.