México, D.F.-
A casi diez años de que 244 islas y áreas protegidas del Golfo de California fueran inscritas en la lista de la UNESCO como Patrimonio Mundial, se han registrado 127 sitios arqueológicos con vestigios de vida humana de hasta 12,000 años de antigüedad.
En un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se añade que
localizado frente a las costas de la bahía de La Paz, en Baja California Sur, el archipiélago está integrado por las islas Espíritu Santo y La Partida, para llegar ahí se deben navegar 25 kilómetros sobre el Mar de Cortés y ha sido definido como laboratorio natural para investigar la evolución de las especies.
Sin embargo, poco se sabe que el conjunto insular Espíritu Santo también conserva un territorio con rastros intactos de los primeros pobladores de México.
El conjunto Espíritu Santo es un territorio verde repleto de cactáceas, su extensión mide casi 105 kilómetros, donde Harumi Fujita, arqueóloga del INAH, ha descubierto vestigios de vida humana de hasta 12,000 años de antigüedad, pues según fuentes históricas, la región era habitada por indígenas pericúes isleños.
A la fecha, Fujita tiene registrados en las dos islas 127 sitios arqueológicos de antigüedades que van de los 12,000 años al siglo XVIII, clasificados en abrigos habitacionales, campamentos al aire libre, concheros, cuevas con pinturas rupestres y cuevas funerarias.
Harumi Fujita explicó que un conchero es un sitio arqueológico integrado por cientos o miles de conchas de moluscos con rastros de haber sido consumidas y trabajadas por manos humanas. Son los lugares donde se manipulaban y desechaban las conchas.
La exploración de cuevas funerarias por el holandés Hermann Ten Kate marcó, en 1883, el inicio del estudio arqueológico en la península. En tanto, Leon Diguet reportó el particular sistema funerario: entierros pintados de rojo ocre depositados en cuevas ocultas de baja altura, abundó Fujita.
Los pobladores de la isla, cazadores-recolectores-pescadores, hacían fogatas para abrir las valvas de las conchas y preparar el molusco, explicó la arqueóloga.
Entre el montón de conchas también se encontraron percutores (piedras con las que se fabricaban herramientas). Las piedras quemadas y los percutores son elementos culturales que indican la presencia del hombre prehistórico, refirió Harumi Fujita.
Los estudios para fechar la antigüedad de los vestigios arrojan una datación de 3,700 años antes del presente para materiales localizados debajo de los dos metros de profundidad y arriba de dos metros, entre 500 y 120 años antes del presente en uno de los concheros.
El yacimiento arqueológico más importante de Espíritu Santo se descubrió al sur de la isla, dentro de un abrigo rocoso denominado covacha Babisuri, donde se determinó la antigüedad de ocupación desde hace aproximadamente 12,000 años.
Se trata de casi medio centenar de artefactos para pescar que se calcula fueron elaborados desde hace más de 8,000 años, durante el Holoceno Temprano y Medio, que el INAH dio a conocer en su momento; los anzuelos son de madreperla (Pinctada mazatlanica), algunos se hallaron completos y otros fragmentados.
Los ingenios completos tienen la forma de una letra C, similares a otros encontrados en sitios de Ecuador, Australia y el Mar Arábigo. “La covacha Babisuri representa una de las más tempranas evidencias de explotación marina con industria lítica y de concha”, aseguró Fujita.
Espíritu Santo es una cápsula de tiempo que guarda información del devenir del hombre desde los tiempos más remotos y el próximo 14 de julio, las 244 islas y áreas protegidas del Golfo de California cumplirán 10 años de su inscripción en la lista de la UNESCO como Patrimonio Mundial.
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