México, D.F.-
A 52 años de la creación de la muñeca que ha conquistado a cientos de niñas y mujeres mexicanas, Ana Laura Calderón Green, dueña de la marca Juanita Pérez, abre las puertas de su taller a EL UNIVERSAL, pero más que tratarse de una empresa, es una familia que realiza los sueños de niñas desde 1962.
“Juanita nace cuando mi mamá fue a España y le encantó una muñeca que se llama Mariquita Pérez, se enamoró de ella, del concepto y a trajo a México, pero no le podía poner Mariquita Pérez, entonces le puso Juanita”.
Juanita Pérez, una muñeca de cabello rubio y ojos generalmente azules, es un símbolo de la infancia de cientos de mujeres que jugaron con ella. Ana Laura lo recuerda con una sonrisa: “La muñeca tenia familia, una hermana grande llamada Anita, luego una pequeña, Rosita, de tres o cuatro años, la cual volverá a salir al mercado, luego había un hermanito llamado Manolín y unos gemelitos, pero en 1999 decidimos dejar sola a Juanita porque quitamos la boutique, donde se vendían todos los accesorios. Y hubo una época que hacían vestidos iguales para las niñas y las muñecas”.
Ana sigue: “Jugar con ella es mantener la tradición de una forma de divertirse de hace 52 años, porque Juanita sigue viva, la gente sigue comprando y la responsabilidad se me hace padrísima ya que yo le doy la oportunidad a una mamá que jugó con la muñeca que se la pueda enseñar a su hija”.
Con el paso del tiempo, Juanita Pérez ha estado entre las familias mexicanas que la han visto crecer desde sus inicios hasta ahora que se ha posicionado en el mercado infantil como claro ejemplo de la cultura mexicana.
“Hay desde la de primera comunión, hasta la Juanita de minifalda o bikini. Es perfecta para la gente porque es sumamente versátil; además de la añoranza de cientos de mamás. Las muñecas se pueden traer a reparar; hemos visto Juanitas de más de 30 años, tenemos un hospital donde se arregla y la gente le puede comprar ropa”, explica Ana.
Motivando la creatividad
El proceso de creación de cada muñeca es artesanal. “Las muñecas llegan en un paquete ya armadas y maquilladas, aquí las limpian, cortan el cabello, cepillan, peinan y visten mujeres mexicanas”, explica Ana en su taller, ubicado en Pedregal de San Ángel.
Actualmente existen 32 modelos diferentes: Con ojos azules, cafés y grises, cabello rubio, café y rojo, etc.
Aunque Juanita sigue conservando su identidad, la muñeca ha sufrido cambios. “Luego nos traen muñecas a reparar de niñas que han jugado con ellas que ya son mamás; las niñas están jugando con la muñeca de la abuelita y las vemos muy diferentes, con el pelo más rizado, ahora lo tienen lacio porque es la moda y la Juanita de los 60 estaba más gorditas”.
Para Ana, la muñeca tal cual no tiene alma, hasta el momento que llega una niña y empieza a jugar con ella, ahí “Juanita cobra vida”, entonces es como una lealtad a las niñas que son mis compañeras y las que fueron de mi generación, porque siguen manteniendo a Juanita viva, todas crecimos con ella”.
Por ello, comenta, hay planes de expandir su negocio, para que no muera la tradición de jugar con muñecas.
Juanita Pérez se vende a través de una tienda virtual.
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