México, D.F.-
El Museo de la Ciudad de México llevará el nombre de Carlos Fuentes por disposición del jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard; al funcionario y amigo del narrador, ensayista y diplomático mexicano fallecido el pasado 15 de mayo, le parece que esa distinción es “una forma justa, sensata, sentida y leal de la ciudad respecto de lo que significa Carlos para todos nosotros”.
Durante el Homenaje Póstumo, en el que estuvieron presentes la viuda del escritor, Silvia Lemus, y su hija, Cecilia Fuentes Macedo, el funcionario señaló que esa decisión la tomaría la ciudadanía y que en breve empezaría una consulta ciudadana por internet y en el Museo de la Ciudad, in situ.
Sin embargo, la placa que develó junto con Silvia Lemus, en la que se destacan los distintos oficios del escritor y maestro, también se asegura que “el Gobierno del Distrito Federal, la comunidad cultural y los habitantes de esta ciudad denominan a este recinto Museo de la Ciudad de México Carlos Fuentes (1928-2012)”.
Y es que en ese recinto no sólo se develó una placa en honor de Carlos Fuentes, también se inauguró una exposición fotográfica con 63 imágenes de Paulina Lavista, Rodrigo Moya, Rogelio Cuellar y Héctor García, de distintos momentos del autor de “Aura” y “La región más transparente”.
Allí, en ese espacio llenó de flores blancas, fue donde la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, dirigida por José Arean acompañó al tenor Fernando de la Mora cuando interpretó el aria “Santa Anna” de la obra del mismo nombre escrita por Carlos Fuentes y musicalizada por José María Vitier.
En ese recinto que organizará una serie de lectura y mesas redondas sobre la obra de Carlos Fuentes, se reunieron también amigos y lectores del autor de “La muerte de Artemio Cruz” y “Terra Nostra”, allí Elena Poniatowska destacó los altos vuelos de Carlos Fuentes, su incomparable y alegre pluma con la que habló de la Revolución Mexicana y su gran conciencia crítica.
Dijo que “La región más transparente” hizo estallar a la ciudad de México; que antes de Fuentes todos escribían triste, triste la revolución con tanta masacre inútil, triste la provincia y triste “La sombra del caudillo”.
“Fuentes hizo irrupción; reventó nuestro mundito y nos recordó que teníamos agallas; él que siempre las tuvo, ambicioso, audaz, ágil, elegante, subía al escenario de un brinco, siempre caminó aprisa, siempre hizo de tripas corazón. La palabra siempre le va muy bien a siempre y todos podemos decirle a Silvia y a Cecilia que Fuentes vivirá siempre, al lado de sus libros, estará con nosotros siempre, que no es una frase de consuelo, sino una realidad”, señaló Elena Poniatowska.
Luego Verónica Murguía celebró la amistad y la generosidad de Carlos Fuentes, un escritor que alentó y abrió las puertas a muchos jóvenes escritores; y el dramaturgo y director teatral Luis de Tavira destacó el valor literario de “La muerte de Artemio Cruz”, que cerró el gran ciclo de la narrativa de la Revolución Mexicana.
Justo para dar fe de la riqueza narrativa de Carlos Fuentes, Luis de Tavira leyó un pasaje de “La muerte de Artemio Cruz” y María Rojo la “Primera carta de Rosario” de “La silla del águila”.
Tras el homenaje, Marcelo Ebrard indicó que ya dio instrucciones a la Secretaría de Cultura para sacar los dos pendientes de la ciudad con Carlos Fuentes: la construcción de la Pérgola Ixca Cienfuegos, que diseñó Vicente Rojo, y la instalación de la Casa de América Latina, pero sin dar mayores detalles.
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