Monterrey, N.L.- Mario Bellatin compartió su proceso creativo para escribir “Salón de belleza”, a 20 años de su publicación.
El último evento del V Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes, en la XXIV Feria Internacional del Libro ITESM 2014, se consintió a los asistentes con una conferencia magistral impartida por el reconocido escritor peruano-mexicano Mario Bellatin.
Es el autor de obras como Efecto Invernadero, Damas Chinas y El jardín de la señora Murakami, entre otras.
Carlos Calles, escritor regiomontano, se encargó de introducir a Bellatin narrando sus experiencias al analizar al autor mientras estudiaba su licenciatura en Chile y el arduo trabajo que requirió entender Salón de Belleza en su materia de análisis del discurso.
Bellatin tomó la palabra minutos después y narró un gran texto desde su iPhone sobre sus vivencias que lo llevaron a escribir Salón de Belleza.
La narración fue acompañada por visuales grabados por el autor y un grupo de niños como un experimento cinematográfico que costó 3 mil pesos y, de acuerdo al autor, resultó mejor experiencia que trabajar con cineastas profesionales.
La historia, titulada como “Kawabata, el travesti filósofo y el pez” por Bellatin, narra la vida del escritor cuando era joven y vivía en Perú. Mario rentaba un pequeño cuarto en algún rincón de clase media en Lima.
En ese lugar, frecuentaba a un travesti que buscaba un lugar seguro donde realizar su transformación. Mientras se ponía sus medias y se maquillaba el rostro, el travesti hablaba de Kant y Nietzsche con gran elocuencia.
Bellatin acepta que mantuvo una relación homoerótica con el travesti, donde la atracción que existía entre ambos no era sólo intelectual, sino física.
Sin embargo, el autor nunca se vio en un futuro con dicha persona pues lo encontraba como un personaje exageradamente violento, agresivo y cruel.
La casa de las bellas durmientes del nobel japonés Yasunari Kawabata sirvió como fuente de inspiración para Bellatin, en la novela se relata la historia de una casa de citas, donde ancianos ricos pagaban para dormir al lado de hermosas jóvenes sin que pudieran tan siquiera tocarlas.
Este tema de la belleza y la muerte, apareció por primera vez en la obra de Bellatin en Efecto invernadero e hizo lo propio en Salón de Belleza.
La última inspiración que dio paso a Salón de belleza, fue la experiencia que tuvo Bellatin con un trío de peces que compró, luego de que Pilar Dughi, escritora peruana, le regaló una pecera con el objetivo de introducirse en las posibilidades narrativas generadas a partir de observar el mundo acuático. A los dos días siguientes de la compra, el macho apareció muerto al intentar ser devorado por las dos hembras.
Posteriormente, una de las hembras parió y el par de peces se comieron a las crías, la hembra recién embarazada se hundió en el fondo de la pecera y la otra se cubrió con una nube blanca en el lomo. Tuvo que sacrificarlas.
La desilusión amorosa en su vida “de verdad”, como la llama Mario, su extraña relación con el travesti filósofo, la terrible experiencia con los peces y una profunda depresión, lo llevaron a ingerir una gran cantidad de barbitúricos en su apartamento al intentar suicidarse, despertó en el hospital.
Se dio cuenta que “no somos dueños de nuestras vidas ni de nuestras muertes”.
“¿Cuándo escribió Salón de Belleza?” Bellatin no supo contestar, fue escrito en un estado de inconsciencia con una escritura personal única, donde los lectores pueden reconstruir su libro particular, pues todas sus lecturas son válidas. (Gustavo Gamero)
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