México, D.F.-
La Autoridad de Antigüedades de Israel abrió al público una sinagoga del siglo I, hallada en 2009 a las orillas del Mar de Galilea, en un predio propiedad de los Legionarios de Cristo, donde un equipo de arqueólogos mexicanos lleva a cabo desde 2010 el Proyecto Arqueológico Magdala.
El hallazgo de esta sinagoga en el lugar de nacimiento de María Magdalena fue el detonante para las excavaciones arqueólogicas en ese sitio, donde la congregación religiosa construye el Centro Magdala, que albergará a 200 peregrinos.
“En octubre se abrió la zona arqueológica al publico para que puedan visitar y, sobre todo, tener una oportunidad única de ver como sale a la luz un pueblo mencionado en los evangelios después de mas de dos mil años”, dijo la arqueóloga mexicana Marcela Zapata, quien lidera al grupo de expertos provenientes de la Universidad Anáhuac del Sur y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que trabajan en el sitio.
Este proyecto de arqueología bíblica, que asesora la arqueóloga Linda Manzanilla, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, ha logrado en su primer año de trabajo la excavación de mil 652 metros cuadrados, que han sacado a la luz gran cantidad de vestigios arqueológicos que van desde cuartos, pasillos y escaleras con piso de basalto, hasta un cuarto con un piso de mosaico con fondo blanco y diseños geométricos en rojo, naranja y negro.
En el sitio también se han localizado tres miqva’ot o baños de purificación ritual, que, según Zapata, aún hoy siguen recibiendo el agua pura de un manantial. Así como una manzana delimitada en sus extremos por calles y, al interior, una serie de cuartos con apisonado de tierra y cal que “muy posiblemente estuvieron techados”, cuartos o espacios abiertos con piso de piedra o empedrado, un cuarto con hornos de cocción de alimentos.
Además de gran cantidad de cerámica entre vasijas, ánforas, aceiteras de cerámica y de vidrio, lámparas de aceite, plomos para las redes de pescar, perfumeros de vidrio, piedras de molienda (lítica pulida), vasos elaborados en caliza que tuvieron un uso muy especifico en los rituales de purificación en los miqva’ot, más de 800 monedas, diversos objetos elaborados en metal y dos dados elaborados en hueso.
Se trata de materiales que, explica la arqueóloga, han permitido identificar “espacios de uso doméstico, de actividad ritual, de producción de alimentos en el ámbito familiar y de actividad económica en el puerto, este último mencionado por el historiador Flavio Josefo como el mas importante de toda la Galilea durante el siglo I”.
Rico en vestigios
De acuerdo con la arqueóloga, las investigaciones recientes señalan que, contrario a lo que dicen los relatos históricos, el pueblo de Magdala fue abandonado tras su enfrentamiento con los romanos en el año 67, en su camino al sur, a Jerusalén, para finalmente destruir el Templo en el año 70.
“Según Flavio Josefo, hubo una batalla muy sangrienta en Magdala al grado que, el Lago de Tiberiades o Mar de Galilea se tiñó de rojo. Los hallazgos hasta el momento no nos proporcionan ni un solo dato de esta batalla, tampoco hay evidencia de una destrucción violenta, más bien, todo nos sugiere que los pobladores de Magdala, tras su enfrentamiento con los romanos, abandonaron paulatinamente sus casas llevando consigo sus pertenencias”, explica.
“El pueblo de Magdala quedó abandonado y el paso del tiempo y los aluviones cubrieron por completo el pueblo, razón por la cual el estado de conservación es muy bueno”, comenta la especialista.
La segunda temporada (2012) de este proyecto, que además se apoya de los métodos de la arqueometría, a cargo del arqueólogo Luis Barba de del IIA de la UNAM, se concentrará en la zona contigua al sur de la sinagoga. Según Marcela Zapata, les resta por excavar dos hectáreas para que al fin todo el pueblo de Magdala vea luz después de mas de dos mil años.
Para la Autoridad de Antigüedades de Israel, el trabajo que este equipo de arqueólogos mexicanos realiza en esa zona, ha proporcionado información rica para la historia de Israel ya que no hay, en la región de Galilea, otro pueblo tan bien conservado como Magdala.
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