Monterrey, N.L.-
David Lida solía contar historias desde el periodismo. Publicaba para The New York Times, Travel, Outside Go, Los Ángeles Times, entre otros, y luego se dio cuenta que con la habilidad de narrar, podía salvar vidas.
“Circunstancias atenuantes” es su primera novela, y surge de las historias que el autor ha recopilado a lo largo de varios años en un trabajo que es muy parecido al de un psicólogo o trabajador social, pero que al final resulta ser el de alguien muy parecido a un salvavidas.
“Durante mucho tiempo trabajé como periodista, he escrito cuatro libros: dos de crónica y dos de ficción; y todos tienen que ver con México y supongo que si mi obra fuera una canción, la melodía sería la desigualdad que vi en los primeros días que estuve en Puerto Escondido, Oaxaca, cuando tenía 23 años”, recordó el periodista originario de Nueva York.
Mencionó que luego se fue a vivir a la Ciudad de México y se dedicó a escribir crónica por mucho tiempo y su fuente de información fueron las calles, las esquinas, los barrios de la capital.
El también autor de “Las Llaves de la Ciudad” señaló que desde hace 10 años empezó a trabajar como especialista en atenuantes ya que en Estados Unidos contratan a personas que asiste a los abogados defensores a indocumentados condenados a la pena de muerte.
“Yo no soy abogado, pero trabajo como investigador al servicio de abogados en Estados Unidos que defienden a los indocumentados que están en la cárcel enfrentando pena de muerte. Y no me ocupo si son inocentes o si son culpables, mi parte del trabajo es construir la historia de sus vidas hasta el momento de su arresto.
“Y esas vidas muchas veces incluyen abuso, violencia intrafamiliar, pobreza y otros elementos que pueden inspirar una sensación de clemencia en un jurado, un juez o un fiscal y si tenemos suerte bajan los cargos para quitar la pena de muerte”, explicó Lida, quien presentó su novela el pasado jueves 6 de abril en compañía de Elia Martínez Rodarte y Cordelia Rizzo Reyes en La Casa Universitaria del Libro.
Lida dijo que ha ido a lugares muy olvidados de México, a tratar de armar un rompecabezas de la vida de una persona que el destino le hizo una mala pasada, y para ello , va con los familiares y personas cercanas; es así como descubre acontecimientos que de alguna manera contribuyeron a que las personas terminaron cometiendo un crimen.
La columnista Elia Martínez Rodarte, comentó en torno a “Circunstancias atenuantes” que pese a que el autor no es mexicano de origen, su mirada hacia la realidad mexicana es más honesta y transparente que la de muchos de nuestros compatriotas.
“David es una de esas personas de allá en de el Río Bravo, más para el norte, que ha mirado con mil ojos a nuestro bufonato de país, con todas sus sombras. El velo que muchos no están dispuestos a recorrer, con el asume el rol de contar, con esa mirada extranjera pero más mexicana que cualquiera de muchos de nosotros.
“Quizá con tantos años de David Lida en México- más de 20- sea una necedad insistir en su no mexicaneidad de origen, pero su empatía y conocimiento de nuestra banda, permite al narrador crear personajes consistentes, historias escénicas en las cuales el detalle es un elemento narrador y atamosferas que reconocemos de cantadas de nuestra cotidianidad mexicana”, apuntó.
Por su parte, Cordelia Rizzo consideró que más allá del mérito literario, la novela de Lida nos muestra que narrar en la cercanía y presentar la serie de eventos, puede introducir al lector a esos eventos, a esa realidad que se vive en las prisiones.
“Podemos coincidir que las personas que están en la cárcel son inmediatamente marcadas por su estar ahí como una pasta de sustancia viscosa para la cual no existe un solvente que las remueva.
“Pero creo que la operación de ponernos en la cercanía desestigmatizada- en este trabajo de David Lida- rinde sus frutos y sentimos una profunda simpatía por la joven Esperanza, podemos relacionarnos con su vida en prisión”, señaló la activista regiomontana.