México, D.F.-
Más de 150 piezas, algunas de ellas con más de mil años de antigüedad, las cuales se localizaron en minas -que funcionaron en la época prehispánica- en el sur de la Sierra Gorda de Querétaro, fueron restauradas por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), para su futura exhibición.
Se trata de una colección perteneciente al Museo Comunitario Mineral de San Joaquín —en proceso de actualización—, dedicado a destacar dos aspectos importantes de su cultura: la minería, desde tiempos precolombinos hasta el siglo XX, y el huapango.
La restauradora Marcela Ramírez, con apoyo de jóvenes que realizan su servicio social, efectuó la limpieza de varias piezas, utilizando para ello soluciones especiales. Mientras, para la eliminación de sales solubles e insolubles que tenían algunos objetos, se requirió de sustancias químicas y hojas de bisturí.
Detalló que en el caso de las piezas —sobre todo de cerámica— que presentaron faltantes, se aplicó una pasta de resane, la cual puede diferenciarse del material original. Esto da cumplimiento a normas internacionales de restauración, que determinan la necesidad de distinguir las partes restauradas de las genuinas.
Por su parte, el arqueólogo Alberto Herrera, responsable académico de la Zona Arqueológica de Ranas —ubicada a 15 minutos de San Joaquín—, y quien tuvo la oportunidad de observar la colección prehispánica del Museo Comunitario Mineral de dicha localidad, comentó que ésta cubre una amplia temporalidad precolombina y da cuenta de la extensa comunicación que tuvo esta región antes de la llegada de los españoles.
“Algunos de objetos —con características huastecas— pueden fecharse hacia el año 300 antes de Cristo, otros corresponden de 1300-1400 después de Cristo. Lo interesante es que muchos de estos materiales proceden de minas prehispánicas, además de estar relacionados con sitios de la región Huasteca: El Tajín, Veracruz; Río Verde, San Luis Potosí, e incluso hay uno o dos objetos que vinculan al sur de la Sierra Gorda queretana con el Bajío”, apuntó.
La gran riqueza minera presente en muchas partes de la Sierra Gorda, principalmente de cinabrio (sulfuro rojo de mercurio) y almagre (óxido de hierro), propició que sus antiguos habitantes desarrollaran precozmente las técnicas mineras y metalúrgicas, y que se produjeran esos minerales desde tiempos remotos, como lo indica cierto tipo de cerámica.
Además de las piezas anteriores, entre los materiales cerámicos, líticos, óseos y conquiológicos (de conchas de moluscos) destacan figurillas y pequeñas cabezas antropomorfas y zoomorfas, placas de concha de forma rectangular, punzones de hueso, un cráneo humano, hachas de piedra, vasijas de barro, el fragmento de un yugo de piedra —proveniente de Veracruz—, cascabeles de cobre, sellos, puntas de flecha y pipas, entre otros.
El Museo Comunitario Mineral de San Joaquín abunda en la minería, actividad ligada al desarrollo de esta región, y en el huapango, toda vez que este municipio es conocido como “La catedral del huapango”. El Centro INAH-Querétaro asesora al Ayuntamiento en los contenidos y la museografía de este espacio, para su futura reapertura al público.
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