México, D.F.-
En el Distrito Federal viven un millón 3 mil 648 adultos de 60 años o más, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), personas comúnmente asociadas como abuelos, pero también los hay quienes se “adelantaron”.
– “Soy su confidente y ellos mis consejeros”
PorGerardo Suárez
Andrea Ramírez Rodríguez, de 62 años, se convirtió en abuela a los 37 y desde aquella fecha, afirmó, sus nietos son “el motor” de su vida.
“Me convertí en una abuela súper joven, así que con mis nietos me llevo de maravilla: he podido disfrutarlos, acompañarlos en muchos de sus logros, por ejemplo en sus estudios”, resaltó.
La señora Ramírez, habitante de la delegación Benito Juárez, se casó a los 18 años con Jorge Rodríguez. Recordó que en aquel entonces la costumbre dictaba que si no te casabas a esa edad “ya te quedabas soltera”.
A los 18 tuvo a su primera hija, Alexandra. Luego llegaron Adriana y Jorge Elías.
Fue trabajadora del Gobierno del Distrito Federal por más de tres décadas y hace 10 años se jubiló. En ese momento pasó por una depresión pues quería seguir trabajando.
Después de un par de años, se sumó al 29.2% de adultos mayores capitalinos que siguen trabajando —según datos del Inegi—.
Animada por su nieta mayor, María Fernanda, de 25 años, emprendió su propio negocio de venta de figuras de ángeles que hasta la fecha, comentó, es su principal fuente de ingresos.
Se definió como “una abuelita que le gusta la familia”; aclaró que conoce a personas de su edad que optan por mantener más distancia con sus hijos y nietos.
Andrea afirmó que vive su mejor etapa de la vida al ver crecer y ayudar a sus ocho nietos. El más pequeño tiene apenas dos años.
“Soy su confidente y ellos mis consejeros, de quienes también aprendo nuevas cosas”, expresó.
En lo único que discrepa con sus nietos es en el uso de internet y redes sociales pues considera que esas formas de comunicación distancia a la gente, por eso la condición en las reuniones familiares es que todos guarden el celular.
Las presiones y responsabilidades como madre ahora le sirven para disfrutar de esta etapa, por eso señaló que “lo mejor que me ha pasado en la vida es ser mamá pero lo que más he disfrutado es ser abuela”.
– “Soy abuela, pero todavía no me siento como tal”
Por Gerardo Suárez
Amelia Medel Alonso, de 39 años, es una mujer trabajadora, mamá y abuela, aunque esta última palabra casi no la escucha pues su nieta también la identifica como su madre.
“Me siento contenta porque voy a tener más tiempo de convivir con mi nieta, de hecho la niña no me dice abuelita, me dice mamá, para ella soy su mamá y a su mamá le dice a veces hermana, es bonito”, expresa Amelia.
“Sé que soy su abuela, pero yo todavía no me siento como tal”, agrega la habitante del municipio mexiquense de Los Reyes-La Paz.
Como un gesto de sorpresa, ríe antes de afirmar que es una abuela joven. “La verdad no me lo imaginaba, quería que mi hija se casara más grande y siguiera estudiando pero ella tomó su decisión”.
La señora Medel es madre soltera. Forma parte de una familia de 12 hermanos. Ella tiene tres hijos: de 19, 6 y 3 años.
Impulso para salir adelante
Recuerda que pasó un momento difícil cuando su hija Yesenia Marlene tenía 14 años. No había dinero, no tenía empleo y alguien la apoyó económicamente. Desde entonces puso su negocio; vende pan a domicilio y ahora ya tiene clientes asiduos en la colonia que “hasta me vienen a buscar a la casa para comprar”.
Ahora Marlene tiene 19 años. A los 15 tuvo a su hija; Amelia se convirtió en abuela a los 34 años.
Marlene complementa: “Mi hija tiene cuatro mamás”, pues la niña de cuatro años así llama a su mamá, a sus abuelas materna y paterna así como a su bisabuela materna.
En medio de la hora de hacer tarea, Amelia detiene la plática para cargar a su nieta. “El compromiso es sacarlos adelante”, comenta.
Suelta un suspiro y presume que su hijo más pequeño —de tres años— afirma que quiere ser doctor, sobre todo después que visitó el hospital para ser atendido de un soplo en el corazón. Amelia habla por igual para sus hijos y nietos: “Pienso apoyarlos lo más que puedan y así puedan llegar a la universidad”.
– Sin temor a usar las redes sociales
Por Margarita Aguilera
“Me gusta ser una abuela joven y esta condición me permite disfrutar más a mis nietos en todos los sentidos e, incluso, hasta juego con ellos futbol, además soy una abuela ‘tecnológica’ ya que con mis nietos e hijos me comunico a través de las redes sociales y hasta les enseño”, afirmó María Eugenia Torres Sosa.
La mujer, quien se dijo felizmente casada desde hace 30 años y quien trabaja como conserje en un edificio en la delegación Cuauhtémoc, a diario utiliza Whatsapp, Facebook y Twitter para comunicarse con su familia.
Aunque precisó que no tiene correo electrónico, ya que con las redes sociales le es suficiente.
“Para mi es un orgullo ser la abuela de mis nietos, pues para mi significa ver realizada la vida de mis hijos. He de reconocer que nunca me imaginé que iba a ser abuela tan joven”, reconoció.
María Eugenia se estrenó como abuela a los 41 años luego de que su hijo mayor, al cumplir 18 años, decidiera casarse; un año después llegó la primera nieta.
“Mi primera nieta tiene 10 años, hasta el momento tengo cinco”, detalló.
Asimismo, comentó que su segundo nieto llegó cinco años después mientras que la tercera, hoy en día, tiene ya seis años.
Su segundo hijo, Gabriel, tiene 26 años y él ya le dio dos nuevas nietas, una de las niñas (Luna) tienen un año, mientras que la otra es una pequeña de tres meses.
“Cuando eres un abuelo joven cuentas con mayores ventajas sobre todo físicas como el seguir siendo independiente y valerse por uno por si mismo en todos los sentidos, mientras que en otros casos hay abuelos más grandes que por los achaques de la edad son vistos como un estorbo, tanto por nietos como por los hijos”, precisó Torres Sosa.
“Hoy en día uno es quien tiene que hacerse al modo de los nietos”, dijo.
Al respecto, precisó que esto obedece a que los tiempos han cambiado: “Además, por muy raro que parezca, hoy en día los nietos te atienden y te consideran un individuo de respeto, incluso más que los hijos”, afirmó.
– “Chuchita”, la más longeva del Edomex
Por Rebeca Jiménez, corresponsal
Con sus 110 años de edad Chuchita y su hermana Cristina, de 102 años, son parte de los más de 300 mil adultos mayores del Estado de México que viven en condiciones de marginación, sin una pensión, ni servicios médicos formales y en un estado de depresión que las lleva a querer morir.
María de Jesús Cruz Sandoval es considerada la mujer más longeva del Estado de México: ella nació en 1904 en la comunidad de Palizada en el municipio mexiquense de Villa Victoria, informó Álvaro Roa Lima, director de Bienestar Social para Adultos Mayores del gobierno estatal.
Chuchita ahora vive en Santa María Chiconautla, en el municipio de Ecatepec, en una de las colonias con mayor marginación, donde sólo de vez en cuando llega el agua y las constantes tolvaneras despeinan la cabeza blanca de la que es considerada la mujer con más años del Estado de México.
La abue Chuchita, como la llaman sus cerca de 95 nietos e igual número de biznietos y sus 15 hijos, todos ellos muy prolíficos, como “mi tía Yolanda que tuvo 24 hijos, 16 de los cuales están vivos”, afirmó Elizabeth, nieta de la mujer más longeva de esta entidad.
María de Jesús nació antes de la Revolución y nunca aprendió a leer ni a escribir pero “siempre hizo muy bien sus cuentas” pues mantuvo a sus hijos de la venta de pollo y barbacoa.
La anciana más longeva hoy espera recibir la tarjeta para adultos mayores y una despensa al mes para poder sobrevivir.
“Ya me quiero morir”, afirmó Chuchita al recibir la visita de Álvaro Roa, “porque nadie me visita” y por las carencias que enfrenta. El funcionario estatal afirmó que la mujer y su hermana recibirán, en breve, el apoyo económico para adultos mayores.
En el Estado de México hay más de un millón de ancianos, al menos 300 mil de ellos viven en condiciones de vulnerabilidad al carecer de alguna pensión, servicio médico e incluso en el abandono, afirmó Arturo Osornio Sánchez, secretario de Desarrollo Social del Estado de México.
La mayoría de los adultos mayores se concentran en municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla y Naucalpan, donde es importante focalizar la ayuda, pues aún en fraccionamientos residenciales como Satélite, La Florida o Villa de Las Flores, hay ancianos que hoy viven en el abandono, apuntó Osornio Sánchez.
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