Monterrey, N.L. / Noviembre 21.-
Daniel Burd, un adolescente canadiense de 16 años, ha solucionado uno de los mayores problemas ecológicos a los que se enfrenta la humanidad: el plástico.
Todos los efectos de la contaminación por plásticos no degradables, que necesitan siglos para poder descomponerse, podrían reducirse drásticamente gracias a una bacteria que es capaz de dar cuenta de ellos en solo tres meses.
Cada año por la cantidad de producción de bolsas y envases de plástico los océanos se están llenando de miles de millones de bolsas y envases plásticos.
El problema es que, al contrario de lo que ocurre con el papel o el cartón, el plástico no se degrada con facilidad, por lo que una vez desechado constituye un problema ecológico grave. Los expertos han propuesto algunas soluciones, que incluyen desde el reemplazo del material de nuestros paquetes hasta el uso de enormes aparatos de microondas para convertir los envoltorios en combustibles. Por supuesto, en la práctica nada ha dado resultado.
Pero Daniel Burd, estudiante del “Waterloo Institute” encontró la forma de hacer que las bolsas de plástico se descompongan de forma “natural” en solo tres meses.
Todo comenzó con una idea y proyecto de clase que lo hizo ganar el primer premio en la “Feria de la Ciencia” en Ottawa.
“Casi cada semana tengo que hacer las tareas domésticas y cuando abro la puerta de WC, tengo esa avalancha de bolsas de plástico”, comento Daniel. “Un día me cansé de todo esto y comencé a averiguar qué hacían otras personas con estas bolsas de plástico.” Se dio cuenta que la gente no hacia absolutamente nada con estas bolsas. Burd comenzó a trabajar para encontrar una solución al problema. Partió de la base de que, si le damos el tiempo suficiente, el plástico finalmente se degrada gracias a determinados microorganismos.
Burd mezcló una parte de su basura doméstica con levadura y agua del grifo, luego añadió plástico finamente picado y comenzó a cocerse a fuego lento. Seis semanas más tarde, al pesar los recipientes, notó que el peso de sus cultivos había disminuido en un 17 por ciento, mientras que los frascos de control pesaban exactamente lo mismo.
A continuación, Burd realizó experimentos similares pero utilizando diferentes temperaturas para ayudar a las bacterias a multiplicarse. A 37 grados y con un poco de acetato de sodio, Burd alcanzó el 43% de degradación en un plazo en seis semanas.
Finalmente, Burd aisló a los microbios que le interesaban. Uno pertenece al género Pseudomonas, y el otro al Sphingominas.
Ahora, hay que convertir el experimento hogareño de Daniel en un proceso a escala industrial.
“Este descubrimiento ayudaría mucho al medio ambiente y seria un gran paso para comenzar con la regeneración del planeta”, comento Catalina Remolina, maestra de Ecología.
“Es increíble que un joven haya hecho ese descubrimiento en su propia casa mientras se han gastado millones en investigaciones”.
Es un paso más, de la larga caminata que se debe de seguir para ayudar al medio ambiente, ya que si no hacemos algo pronto, el mundo no será como lo conocemos ahora.
Redactó Andrea Aburto, alumna del ITESM de LCC.-
Fuente:
http://www.plasticsoup.org/en/
http://www.neoteo.com/adolescente-descubre-bacteria-que-come-16364.neo
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