Nueva York, E.U.-
Tal parece que no sólo el “Grinch” odia la Navidad, también hay un cierto gatito callejero que está dispuesto a lo que sea por arruinar la celebración.
La fotógrafa Brooke Goldman, capturó una de las situaciones más hilarantes de los últimos días.
Se trata de un gato bonachón y algo amargado, que robó la cuna del “Niño Dios” para descansar.
A pesar de que pasaba mucha gente por la zona el felino no se movía, por el contrario, observó a la gente con una mirada de desprecio.
Goldman confesó que se murió de risa al tomar las fotos.
“Creo que definitivamente se puede decir que me alegró el camino hasta casa. Me levantó el ánimo, sin duda alguna. Reír tan duro tan temprano en la mañana hace que el resto del día sea mucho más positivo”, dijo la fotógrafa.
En Facebook y Twitter las imágenes se han convertido en toda una tendencia.