Ciudad de México.-
El mewing se ha convertido en un fenómeno viral en redes sociales como TikTok, acumulando miles de millones de visitas bajo el hashtag #mewing.
Esta técnica, que promete redefinir la mandíbula, tonificar los músculos del rostro y mejorar la salud bucal mediante el posicionamiento correcto de la lengua, ha ganado popularidad al ser asociada con figuras como Angelina Jolie y Bella Hadid. Sin embargo, detrás del entusiasmo de sus defensores, surgen dudas sobre su efectividad y los riesgos potenciales que puede acarrear.
El mewing es una técnica que propone mantener la lengua en una posición específica: completamente pegada al paladar superior, incluidos los laterales y con los dientes ligeramente juntos. Según sus promotores, este hábito puede:
Definir la mandíbula y tonificar los músculos del rostro.
Mejorar la postura y la respiración nasal.
Prevenir problemas como la apnea del sueño.
El creador del mewing es el Dr. John Mew, un ortodoncista británico que desarrolló esta técnica como parte de la ortotropía, un enfoque alternativo a la ortodoncia tradicional. Este método busca prevenir problemas faciales y dentales desde la infancia mediante ejercicios y posturas que favorezcan un desarrollo facial equilibrado.
John Mew afirmaba que el posicionamiento adecuado de la lengua influye en la forma de los maxilares, la alineación dental y la salud respiratoria. Aunque su hijo, Mike Mew, ayudó a popularizar la técnica en plataformas como YouTube, la ortotropía no ha sido bien recibida por la comunidad científica. En 2017, el General Dental Council del Reino Unido revocó la licencia médica de John Mew debido a la falta de respaldo científico de sus métodos.
A pesar de su creciente fama, el mewing carece de estudios científicos concluyentes que avalen sus beneficios estéticos o funcionales, especialmente en adultos. Según el Journal of Oral and Maxillofacial Surgery, aunque la técnica puede fomentar la consciencia corporal y un mejor posicionamiento de la lengua, no existen pruebas de que produzca cambios significativos en la estructura facial.
Por otro lado, aunque el mewing parece inofensivo, su práctica incorrecta o excesiva puede generar problemas en la salud bucal, tales como:
Dolor en la articulación temporomandibular (ATM): el desequilibrio en esta articulación puede provocar molestias, bloqueos o dificultades para abrir la boca.
Desplazamiento dental: una presión constante e inadecuada de la lengua puede alterar la alineación de los dientes, causando mordidas incorrectas o apiñamientos.
Desgaste del esmalte dental: la fricción repetida puede aumentar la sensibilidad dental y el riesgo de caries.
Dificultades en el habla y la deglución: un mal posicionamiento de la lengua podría interferir con la pronunciación o la ingesta de alimentos.
Los especialistas en ortodoncia advierten que esta técnica no debe ser adoptada sin consultar previamente con un profesional, ya que puede provocar más daños que beneficios si no se realiza correctamente.
De este modo, el mewing refleja el poder de las redes sociales para popularizar métodos simples que prometen resultados transformadores. Sin embargo, su falta de respaldo científico y los posibles riesgos asociados invitan a ser cautelosos antes de adoptarlo. Aunque su creador, el Dr. John Mew, defendió esta práctica como una alternativa a la ortodoncia tradicional, la controversia en torno a su método persiste.