La Joya, San Luis Potosí.-
En el último mes Rubí Ibarra García ha vivido quizás los instantes más intensos de su vida. Paso de ser una joven prácticamente normal a convertirse en la quinceañera del momento.
Foto El Universal.
Tuvo la atención que toda persona de su edad puede desear; sin embargo, para esta estudiante potosina eso no representaba un éxtasis total, porque ella prefería una fiesta más sencilla y familiar.
La numerosa cantidad de medios de comunicación que asediaron su casa en la pequeña comunidad de La Joya (en la que radican 20 familias), provocaron los nervios de Rubí y sus seres queridos.
Unas horas antes del evento, un par de reporteros invadieron su vivienda para poder filmarla en los preparativos, acto que provoco la molestia de Crecencio y Anaelda, sus padres, quienes a punto estuvieron de cancelar la fiesta.
Pero esto era un fenómeno que quizás los mismos progenitores de esta quinceañera no hubiera podido contener, porque después de horas muy tensas, en las que la joven no había podido terminar de ensayar su vals por todo el tiempo que debió darle a la prensa nacional, los trámites del festejo tomaron su curso.
Foto El Universal.
Desde un día antes empezaron a llegar a la región visitantes de muchas partes del país, quienes se apuntaron para acompañar a Rubí en su día, como el señor Juan Rodriguez, quien arribo con toda su familia desde Fresno California.
El pueblo de La Joya, que no figuraba en el mapa geográfico, comenzó a cobrar vida.
Paulatinamente en las pocas tiendas se agotaron los productos. Aún el sol.
no rayaba en la mañana del lunes cuando ya se observaban caravanas de vehículos foráneos con leyendas en los cristales, manifestando que llegaron a acompañar a la quinceañera más famosa de México.
El señor Crecencio salía y entraba a su casa. Cruzaba la carretera para ir hasta “el terreno de abajo”, donde se desarrollaría la misa y comida para Rubí y más de dos mil invitados.
Recibió ayuda de familiares, amistades y los gobiernos, pues alimentar a una gran cantidad de personas no era una tarea fácil.
Y así Crecencio entro a su casa nuevamente hasta que ya no pudo salir, debido a la gran cantidad de personas que se aglutinaron al exterior.
Alrededor de las 11:00 de la mañana La familia finalmente salió, pero como todos los reporteros y visitantes querían una foto del recuerdo se armo un zafarrancho, y los padres de la joven estaban visiblemente molestos, la multitud no los dejaba pasar.
Una impecable camioneta en color guinda -al puro estilo de este poblado que depende de la ganadería-, traslado a rubí y sus papas hasta la zona del convite.
Al bajarse de la misma el paso era muy complicado, la muchedumbre no les permitía avanzar y fue entonces cuando la señora Anaelda protagonizo una controversia al decir que “los animales entienden mejor que la prensa”, aludiendo a la numerosa cantidad de reporteros, fotógrafos y camarógrafos intentando conseguir unas palabras de Rubí y su familia.
Los medios se metieron “hasta la cocina”, lo invadieron todo, hasta el atrio donde se desarrolló la ceremonia religiosa.
Después de comer los ánimos de esta familia cambiaron un poco y tras unas horas en la zona de comida, y con la visita del gobernador del Estado, Juan Manuel Carreras, el contingente se trasladó hasta la “Laguna Seca”, donde se desarrollaría una carrera de caballos para disputar la famosa chiva de 10 mil pesos.
No obstante, un suceso estaría a punto de cambiar la alegría por el llanto en el cumpleaños de Rubí.
SE MANCHA DE SANGRE
Y es que la muerte también se invito a la fiesta más famosa de México. El que sería uno de los mayores festejos convocados por las redes sociales fuera de la Ciudad de México, paso a enlutarse cuando dos personas fueron embestidas en una carrera de caballos realizada en honor de la joven oriunda de La Joya en San Luis Potosí.
A unos pocos kilómetros, en un campo conocido como Laguna Seca se celebraba una competencia.
Antes había sido la misa y comida para Rubí y su familia. Después el traslado hasta la zona de la fiesta, la carrera de caballos y los conciertos.
Cientos de reporteros, miles de personas que llegaron de todos los rincones del país, al menos unas 30 mil y caravanas de vehículos arribando daban color a esta quinceañera.
Unos pocos, principalmente familiares entraron con invitación, pero la gran mayoría se presentó sin ella para ser participes de este mega evento, así también la muerte acudió y nadie la presintió.
Mucho menos don Felix Peña, habitante del poblado de Jesús María de Villa de Guadalupe, San Luis Potosí, quien desde niño fue jinete profesional y tenía caballos cuarto de milla.
La policía le pedía a los visitantes que se hicieran a un lado, porque iba a comenzar la carrera, no había vallas de seguridad.
Pero la gente desoyó las indicaciones, principalmente quien más sabía de eso, don Félix fue, de manera paradójica, embestido por su propio caballo “Oso Dormido” y cayo gravemente herido sobre el polvoso suelo sobre el cual se desarrolló la endiablada competencia.
Momentos antes había sido entrevistado por Pedro Ortiz de Hora Cero, a quien le dijo que no le importaba el dinero, sino que sólo quería fama, y la obtuvo, aunque a un precio muy alto.
En un abrir y cerrar de ojos un mundo de personas se arremolinó para brindarle ayuda, pero estaba inconsciente. La Cruz Roja Mexicana la cual estaba presente en la fiesta de Rubí tardo segundos que parecieron eternos para darle asistencia a este señor de 66 años.
En su cuerpo estaban las huellas de la tragedia, por su boca escurría sangre mientras su cuerpo yacía herido.
Fue trasladado de emergencia al hospital del municipio de Charcas aunque en el mismo y polvoso camino los testigos lo dieron por muerto.
Su hermano José Alfredo, apesadumbrado miro la apoteósica salida de meta de los caballos, y en un torbellino de emociones vio también a don Félix tendido en el piso.
Dijo que iría a dar la mala noticia…
Además una mujer cuyo nombre y estado de salud se desconoce, fue atropellada por otro caballo.
A la fiesta de Rubí quería ir todo mundo… Y también la muerte.
Y LA MÚSICA SIGUIÓ
Protección Civil decidió cancelar las carreras después del accidente, por lo que el público se concentró en seguir la fiesta y bailar al son de banda.
Se calcula que llegaron más de 60 mil personas. Varios de los atractivos eran los grupos musicales Reelevo, Mortalex, Indomables de Cedral y Cachorros, anunciados para el festejo.
En las calles resguardaban la seguridad 480 elementos de diferentes corporaciones. Setenta y tres unidades entre ambulancias motos patrullas camiones y brigadas.
Se observaron placas de muchas entidades federativas y Laguna Seca cobro un ambiente como nunca antes se había visto.
Rubí mientras tanto se acomodó con sus papas, primos y tíos en el escenario central de los tres que se colocaron, disfrutaron de los bailes de los chambelanes, de música de banda, de grupos en vivo y sobretodo del cariño de tanta gente que hizo el viaje sólo para conocerla.
Hasta entonces, al mirar un mar de personas, es que el semblante de Rubí cambio, porque fue algo inusitado para una quinceañera.
Hasta la madrugada del martes seguían llegando personas a este lugar.
Dos camiones enteros de cerveza se dispusieron para los visitantes, decenas de puestos ambulantes, y es que está fiesta también género una gran derrama económica, que días antes ya se había prácticamente agotado el hospedaje.
Comprar comida en la fiesta de Rubí se prolongo hasta una hora. De ese tamaño eran las filas para conseguir alimentos preparados, antojitos, pollo y carne asada.
Fuera del incidente de la tarde del lunes, la multitud se divirtió en la fiesta de Rubí y principalmente ella saco fuerzas de donde pudo para que este fuera un momento inolvidable.
Las filas de los vehículos al cierre de esta nota aún pueden observarse a kilómetros de distancia y el festín continúa…
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