Guadalajara, Jal. / Noviembre 12.-
“El hombre sin adjetivos”, obra de Mario Cantú Toscano, dirigida por Daniel Serrano, con el Grupo de la Universidad Autónoma de Baja California-Tijuana, en la que se aborda el sentido de la locura en el mundo actual, a través de tres personajes que entrelazan sus existencias en una intimidad promiscua para establecer luego una complicidad desde su condición de “rareza”, provocó la risa desmedida del público general que la noche del jueves asistió a la función en el Teatro del IMSS de Guadalajara, en el marco de la 31 Muestra Nacional de Teatro.
No así de complacida salió la comunidad teatral ahí reunida, que manifestó su molestia saliendo del espacio escénico a media función.
Al parecer la estridencia del texto y el desempeño de los actores, que no pudieron evitar caer en el cliché del comediante de televisión, provocaron el rechazo de los espectadores especializados en el quehacer escénico.
Por otro lado, el público general, sobre todo de jóvenes universitarios, disfrutó la función y aplaudió el esfuerzo de los actores Emmanuel Vega, Natali Puga y Ramón Verdugo, que sostenían sobre sus hombros todo el peso de la representación; toda vez que carecían de un aparato escenográfico que los cubriera o de elementos de parafernalia escénica sofisticados.
Los jóvenes actores de “El hombre sin adjetivos”, se esforzaron, pero no consiguieron ofrecer una función más eficaz en términos teatrales. Se veían cansados y su bajo nivel de energía les llevó a montarse en el tren de una comedia de corte televisivo, que desbarrancó cualquier posibilidad de leer la propuesta dramática de Cantú.
La obra es una reflexión sobre la esquizofrenia del mundo contemporáneo, la “rareza” de los seres que le habitan, la disfuncionalidad de las personalidades como parte de la “normalidad” humana, y la búsqueda de una posición en el universo desde esa especificidad aparentemente defectuosa del ser.
La 31 Muestra Nacional de Teatro será clausurada este sábado con la función de la obra “El jardín de los cerezos”, con la Compañía Nacional de Teatro, dirigida por Luis de Tavira, en el Teatro Degollado de esta ciudad.
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