Ciudad del Vaticano / Mayo 2.-
“Y finalmente damos gracias al Señor por habernos dado un Santo cómo él”, afirmó el cardenal Tarcisio Bertone, en medio de la homilía de la Misa de Acción de gracias en honor del beato Juan Pablo II.
Ante un número mucho menor de peregrinos de los que se reunieron ayer domingo en la misa de beatificación, el también Secretario de Estado del Vaticano afirmó que Juan Pablo II fue un verdadero defensor de la dignidad de todo ser humano y no simplemente de ideologías políticas y sociales.
Para él, dijo Bertone, cada mujer, cada hombre, era una hija, un hijo de Dios sin distinción de raza, de color de piel, del origen geográfico y las creencias culturales y hasta religiosas. Su relación con cada persona se resume en ese maravillosa frase que él escribió: “El otro me pertenece”.
Unos 200 mil fieles participaron en esta celebración, que culmina los eventos relacionados con la beatificiación de Karol Wojtila, quien ha sido el principal protagonista de las primeras planas de los periódicos del mundo.
En el centro de la plaza de San Pedro, algunos voluntarios repartían estampas con la imagen del nuevo beato, cuyo rostro ilumina la fachada de la Basílica de San Pedro en donde parece recordarle a todos su hijos que él estará siempre protegiéndolos y bendiciéndolos.
También se entonó el himno en honor a Karol Wojtila que inicia con la frase que se ha vuelto el lema del papa viajero: “Abrid las puertas a Cristo, no tengaís miedo”, del autor Marco Frisina.
Posteriormente el celebrante pronunció la oración colecta dedicada a Juan Pablo II: “Dios, lleno de misericordia que llamaste al beato Juan Pablo II papa, a guiar tu Iglesia, concédenos a nosotros fuertes de su enseñanza de abrir con confianza nuestro corazón a la gracia salvífica de Cristo, único redentor del hombre, en la unidad del Espíritu Santo por los Siglos de los Siglos, amen”.
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