Washington, D.C.-
La batalla legal en Estados Unidos en torno a leyes por la libertad religiosa, que propician la discriminación a partir de la orientación sexual, alcanzó un punto álgido con los casos de Indiana y Arkansas al favorecer la polarización y división.
Los intentos de ambos estados por promulgar leyes a favor de la libertad religiosa que discriminan a homosexuales y lesbianas pusieron en evidencia la impopularidad nacional de tales iniciativas y el poder del bolsillo como armas para confrontarlas.
Poco después que el gobernador de Indiana, Mike Pence, promulgó dos semanas atrás una ley que favorecía la discriminación contra miembros de la comunidad LGBT, su estado se convirtió en blanco de una campaña de boicot económico en respuesta a esta acción.
Una de las reacciones que más pesaron fue la de la Asociación Nacional Atlética Colegiada (NCAA), que seleccionó a la capital Indianápolis como sede de los juegos de la semifinal y final este año del baloncesto colegial.
Mark Emmer, presidente de la NCAA, dijo que tanto la asociación como su membresía “estamos especialmente preocupados por la forma como esta legislación podría afectar a nuestros estudiantes, empleados y atletas”.
La presión nacional, aún dentro de algunas filas de su partido forzó al político republicano con aspiraciones presidenciales a reconsiderar, como resultado de lo cual la legislatura estatal aprobó una nueva ley con cambios que clarificaron su vago lenguaje.
La ley modificada en Indiana prohíbe ahora a los dueños de negocios y proveedores de servicios utilizar el estatuto como defensa legal para negarse a proporcionar bienes, servicios, instalaciones o alojamientos a homosexuales, lesbianas o transexuales, argumentando motivos religiosos.
El estatuto prohíbe también la discriminación basada en la raza, color, religión, ascendencia, edad, origen nacional, discapacidad, sexo, orientación sexual e identidad de género.
La presión sobre Pence llevó este miércoles al gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, a reconsiderar su apoyo a una iniciativa de ley similar a la de Indiana aprobada por la legislatura estatal y que había prometido firmar sin demora.
En conferencia de prensa el también gobernador republicano anunció que había solicitado al Congreso local retirar “u ofrecerme una ley cambiada que haga que la ley (para Restaurar la Libertad Religiosa) refleje la ley federal” en la materia.
La oposición a la ley en Arkansas tuvo para Hutchinson implicaciones personales después que él mismo reveló que uno de sus hijos había firmado una petición pidiéndole el rechazo de la ley original.
La aprobación de la ley original en Arkansas llevó incluso a la corporación Wal-Mart, el mayor empleador del país y cuya sede se localiza en Bentonville, Arkansas, a pronunciarse en contra.
“La aprobación de la ley HB1228 –cómo quedó registrada en la legislatura local- amenaza con socavar el espíritu de inclusión presente a través del estado de Arkansas y no refleja los valores que orgullosamente mantenemos”, dijo su presidente ejecutivo Doug McMillan el día que la ley original fue aprobada en la cámara baja.
Por separado, el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, denunció más de un centenar de leyes bajo consideración a través del país por el efecto discriminatorio que tendrán, en detrimento de los esfuerzos por promover una mayor equidad.
En un artículo de opinión publicado en el diario The Washigton Post, Cook, quien es abiertamente homosexual, calificó como “muy peligrosa” la tendencia de un creciente número de estados de empujar y aprobar leyes para la defensa de la religión.
Aludiendo recientes leyes aprobadas en Indiana y Arkansas, bajo el argumento de proteger el ejercicio de las creencias religiosas, Cook indicó que una ola de legislaciones que se han introducido en más de dos docenas de estados “permitirían a la gente discriminar contra sus vecinos”.
Citó el principio corporativo de inclusión en Apple, “y es por eso que me opongo a esta nueva ola de legislación donde sea que emerja, y escribo con la esperanza de que muchos otros se sumen a este movimiento”.
Este jueves Pence y Hutchinson promulgaron leyes enmendadas que significaron un triunfo para los opositores, aunque la controversia parece lejos de amainar.
En Michigan, el gobernador Rick Sneyder anunció este jueves su intención de vetar una ley similar impulsada por sus correligionarios republicanos en la legislatura estatal.
Aunque las llamadas leyes para restaurar la libertad religiosa existían ya en 19 estados, la atención generada por los casos de Indiana y Arkansas derivó del abierto propósito discriminatorio de ambos estatutos.
En medio de este escenario, la Suprema Corte de Justicia tiene previsto escuchar este mes argumentos orales en torno a si los matrimonios entre personas del mismo sexo deben ser legales en Michigan y varios estados más.
Los matrimonios entre personas del mismo sexo están reconocidos hasta ahora en 37 estados y el Distrito de Columbia.
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