Por lo menos ha ocupado la posición número uno del mundo en los últimos cuatro años, ganador de Wimbledon en cinco ocasiones y cuatro US Open, ese es Roger Federer, uno de los tenistas más ganadores de toda la historia, aunque con un pendiente de grandes dimensiones, la medalla de oro olímpica.
Federer arrancó su carrera en 1998 con apenas 17 años y en su biografía oficial siempre soñó con la obtención de la medalla olímpica, antes que cualquier campeonato, masters o abiertos de tenis, pero que paradójicamente nunca ha podido alcanzar.
Con la “fortuna” de haber retirado al número uno del mundo del 2001, al estadounidense Pete Sampras en el Torneo de Wimbledon y que curiosamente pudo ser el cambio de estafeta para el suizo, Federar ha reinado en el tenis en la presente década.
La primera intervención de Roger Federer en Juegos Olímpicos fue en Sydney 2000, dio una actuación soberbia en los primeros tres encuentros, pero Arnaud Di Pasquale frenó las aspiraciones del suizo en el partido por la medalla de bronce, quedando en cuarto lugar.
Los próximos cuatro años fueron de enseñanza para el tenista helvético, recibió el “traspaso de poderes” de Sampras y su carrera comenzó a despegar y participó en torneos de gran prosapia y alcanzando lugares entre los primeros 30 del mundo.
Ya para 2003, Federer cortó distancia en el ranking de la ATP ante el número uno de aquel entonces Andy Roddick, ya que los enfrentamientos entre ellos siempre eran ganados por el europeo, mientras que el estadounidense se mantenía ahí gracias a sus participaciones en torneos de mediano nivel.
El 2004 abrió las posibilidades para Roger de colgarse la medalla de oro en Atenas, ya que había ganado casi todos los torneos que disputaba, Abierto de Australia, Wimbledon y el US Open, pero Roland Garros se le escapó debido a la distracción por la enfermedad de su madre, lo que le distrajo del cotejo con el brasileño Gustavo Kuerten.
La recuperación de su madre se dio y el nivel del suizo recuperó su nivel pero nuevamente la medalla olímpica ahora se le escapó, al caer en la segunda ronda ante un tenista checo completamente desconocido, pero en los torneos siguientes demostró que entre él y sus rivales había una diferencia abismal.
Después de este episodio, un nuevo talento proveniente de España irrumpe en la escena del deporte de las raquetas: Rafael Nadal, quien lo elimina de varios torneos pero no merma el nivel de Roger y le ayuda a elevar su juego para la siguiente justa olímpica en Beijing.
En 2008, ya en pleno año olímpico, se dan partidos memorables entre Nadal y Federer en Wimbledon, Roland Garros y la final soñada para Beijing estaba planeada por los aficionados. Sin embargo, la inconsistencia “olímpica” del suizo logró eliminarlo, ahora en la fase de semifinales a manos del chileno Santiago González.
El talento y triunfos colosales de una gran estrella es opacada por la ausencia de una medalla olímpica que jamás ha llegado, y que ahora parece traspasar sus poderes a su eterno rival desde hace cuatro años: Rafael Nadal, quien ahora ostenta el primer lugar mundial y cuenta con mayor juventud que el suizo.
La maldición olímpica de Federer parece no terminar y su última oportunidad podría ser en Londres 2012, pero la pregunta es si podrá conservar el mismo nivel y no ser desplazado, cuando antes se le consideró como el más “poderoso” deportista del planeta.
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