Cada Navidad debe servir para estrecharnos en la unidad familiar y en el vínculo afectivo con quienes rodean en casa, en el barrio, en el trabajo o inclusive fortuitamente en las calles y centros comerciales. Y ha de revivir el significado de los símbolos de la época que tienen un origen e historia que se va perdiendo en el tiempo, por lo cual es conveniente rescatarlos en su oportunidad. Por ejemplo, la piñata fue un elemento de evangelización que aprovecharon los primeros misioneros católicos en la Nueva España para sus primeras clases de doctrina cristiana y por eso sabemos que es una forma de apalear los siete pecados capitales (por sus siete picos) y que la lluvia de dulces representa la gracia.
Pero la rueda del tiempo ha traído otros muchos símbolos que todavía hoy son recurso de las familias que adornan con ellos el hogar y, no se diga, los templos y, algunas veces, los salones de clases en las escuelas. Por eso es bueno rememorar algunos de ellos en este espacio de nuestro periódico MEDIA HORA REYNOSA. Empecemos con espíritu festivo, propio de la época, a dar cuanta de algunos.
EL ÁRBOL O PINITO
El roble, dador de vida y protección entre los indoeuropeos, era celebrado cada año porque suponían que el dios Odín moraba en él. Así es que al imponerse el cristianismo, San Bonifacio transformó en Alemania la enseñanza y consiguió entre los nuevos creyentes que el pino o abeto representara el árbol del Niño Jesús en fecha tan especial.
ESFERAS Y LUCES
Fue el mismo San Bonifacio quien empezó a colocar en el árbol velas, signos de luz, y manzanas para detestar el pecado, pero éstas luego han sido sustituidas por esferas como representación de las tentaciones, y los foquitos de colores reemplazaron a las velas hasta que una estrella grande, en lo alto del pino, consiguió el significado del anuncio del Nacimiento de Jesús.
NACIMIENTO
Fue San Francisco de Asís, en 1223, quien revivió el recuerdo de la primera Navidad en Belén -Nacimiento de Cristo- y para ello colocó personajes y animales vivos junto a una figura de Jesús hecho de piedra. Y de Italia la idea prendió para propagarla a España con el nombre de Belén, y luego se volvió tradición con el nombre de Nacimiento en otros países católicos donde las figuras de diversos materiales y tamaños han servido como adorno en templos religiosos y hogares de todas las clases sociales.
POSADAS
Desde la antigüedad, son nueve días de rezos y cantos de villancicos por las calles para evocar el recorrido de María y José en busca de posada para el Nacimiento del Niño Jesús, pero ahora el nombre se asocia con fiestas o reuniones previas a la Navidad donde abunda la comida y la bebida, debido a que empresas y negocios aprovechan la ocasión para ofrecer una convivencia a sus empleados y hacer obsequios o rifas de artículos y ropa.
REGALOS
La leyenda de Tatio, gobernante de Roma, afirma que en el siglo 8 ( a. C.) recibió ramas del bosque consagradas a la diosa Strenia el primer día del año, como feliz augurio, y él lo volvió costumbre, por lo cual de ahí nació la palabra “estrenas” que en un principio eran ramitas de laurel, verbena y olivo, pero que con el paso del tiempo, en círculos cristianos, pasaron a ser frutos secos, dulces y vinos, hasta llegar a los obsequios actuales.
SANTO CLOS
El actual rey de los regalos para niños en un principio no fue la figura de un gordito bonachón vestido de rojo, sino que se trata de San Nicolás, obispo de Asia Menor, nacido alrededor del año 280 y quien repartía bienes a los pobres de la actual Turquía. Pero un día los marineros holandeses lo adoptaron como santo patrón y cuando los de la “Naranja Mecánica” llegaron a Estados Unidos lo popularizaron como Papá Noel haciendo correr la versión de que entraba por la chimenea de la casa. Pero la comercialización hizo que se volviera un símbolo irremplazable a partir de 1931 en que la Coca Cola le dio su aspecto actual.