Cd. de México.-
Un viejo camión escolar se detiene en el crucero de Las Vegas, en la entrada a la ciudad de Huehuetenango, Guatemala. Luego acelera por la vía Panamericana, con 90 pasajeros apretujados en los 24 asientos y el pasillo de la unidad, la mayoría son jóvenes hondureños que buscan llegar a Estados Unidos, cansados de la violencia y la pobreza.
Desde hace más de ocho semanas, miles de hondureños han dejado sus hogares. Muchos salieron con una muda de ropa, sus hijos en brazos y un puñado de dólares para comer y pagar transporte a su paso por Guatemala y México.
Esta oleada migratoria inició en agosto y cobró notoriedad el sábado pasado, cuando más de 2 mil personas salieron de San Pedro Sula con rumbo al norte.
Desde Guatemala, los hondureños en tránsito definen entrar a México por alguna de las siguientes tres rutas: La de la Selva (Gracias a Dios-Comitán-San Cristóbal), Soconusco (por la Costa) y la del Altiplano (La Mesilla-Comitán-San Cristóbal).
Esta vez, el grupo de 90 personas que viajan en el “chicken bus” —como llaman en Guatemala a los viejos camiones escolares de desecho con una segunda vida útil— llegaron a la terminal de autobuses de Huehuetenango.
A este grupo le quedan por delante 151 kilómetros, unas cuatro horas de viaje, para llegar al cruce fronterizo de Gracias a Dios (Guatemala)-Carmen Xhan (México), en las cercanías del parque nacional Lagos de Montebello, donde podrían bordear la zona por caminos de terrecería para evitar al Ejército y a la Policía local.
Los hondureños no denotan cansancio, a pesar de que llevan ya varios días de viaje. Después de un camino de 20 minutos, de cafetales con fruta verde, pueblos y montañas, el camión se detiene en Camojá.
Alguien en la unidad les indica que deben bajarse; a prisa, todos toman sus pertenecías y corren atrás del “guía” que los lleva a unos microbuses estacionados en la calle principal del poblado.
Después, las unidades viajan hacia Gracias a Dios, donde los inmigrantes pernoctarán unos días, en espera de ingresar a México por Chiapas y posteriormente desplazarse a Oaxaca o Veracruz.
Según el Instituto Nacional de Migración (INM) de México, hasta agosto pasado fueron 71 mil 879 los extranjeros detenidos en varias entidades del país en su intento por llegar a EU, lo que representa un incremento del 36.3%, en comparación con 2017.