Tijuana, B.C.-
Con una propuesta futbolística poco ambiciosa, es difícil pensar en conseguir buenos resultados. Sin gol, es literalmente imposible soñar con victorias. Chivas se ha metido en un tobogán de mediocridad, justo en la parte más importante del torneo. Una nueva derrota, esta vez por 2-0 en casa de los Xolos. Tres partidos sin gol y un mar de dudas para el cuadro rojiblanco.
Esta vez no está Omar Bravo sobre el terreno de juego. Una lesión le ha impedido viajar a Tijuana. Pero con o sin él, Guadalajara es el mismo equipo inoperante de tres cuartos hacia el frente. Los nombres de su ataque no son desconocidos: Rafael Márquez Lugo, Aldo de Nigris y Carlos Fierro. Tienen trayectoria, pero les falta sistema.
El esquema táctico del Rebaño privilegia el orden defensivo para, a partir de mantener el cero atrás, buscar algo mediante cualquiera de dos opciones: un chispazo propio o un error del adversario. Bastante riesgosa la apuesta, pues el problema viene cuando el cuadro tapatío no puede mantener su arco invicto.
Con esa idea futbolística, Chivas está acostumbrando a sus aficionados a un juego poco espectacular, de escasas emociones, contadas aproximaciones y goles a cuentagotas. Cede la iniciativa a Xolos y cuando llega a tener el esférico, le falta claridad y variantes para generar peligro.
Tijuana, en cambio, termina las jugadas con relativa facilitad: disparo desviado de Darío Benedetto (‘2), volea del mismo futbolista a las manos de Antonio Rodríguez (‘4) y zurdazo por encima de Greg Garza (‘7). Apenas en el arranque, el cuadro local da una lección a los visitantes de cómo ofender.
Benedetto es el hombre más peligroso. Al ‘9, recibe un pase profundo y preciso. Encara al portero visitante, que sale para achicar. Decide “globearlo”. Rodríguez adivina y con un salto alcanza a manotear para desviar a tiro de esquina. Chivas se salva de la primera acción con verdadera sensación de peligro.
Guadalajara se pierde en la intrascendencia de sus toques sin intención. Xolos es la cara opuesta de la moneda: muerde con fuerza. Darío Benedetto controla afuera del área. Levanta la mirada y ejecuta rápido. Jair Pereira se voltea, en lugar de apretar. El disparo es potente y angulado. Antonio Rodríguez ni siquiera se lanza. Sólo observa. La redonda entra pegada al poste. Gol de Tijuana, al ’23.
La generación tapatía es preocupante. Carece de un motor en medio campo. Sus delanteros, sin balones a modo, son simples espectadores. Durante la primera parte, sólo un disparo con dirección al arco: de Márquez Lugo, desde afuera del área, flojo y a las manos de Cirilo Saucedo, al ’30. Cero peligro.
En el arranque de la parte complementaria, Jaimen Ayoví tiene la primera para sentenciar el encuentro, cuando encuentra una pelota filtrada por el costado derecho, queda solo frente a “Toño” Rodríguez, pero no sabe qué hacer y terminar regalando la redonda al portero visitante, al ’46.
Después, Guadalajara tiene por fin una ligera reacción. Toma el esférico. Abre la cancha. Y vive sus mejores minutos, que le alcanzan para generar dos oportunidades: un tiro libre de Carlos Gerardo Rodríguez, que se va desviado (’56) y un cabezazo de Rafael Márquez Lugo, que salta solo dentro del área, pero remata por encima (’59).
José Luis Real apuesta por la juventud de José David “Avión” Ramírez y William Guzmán. Con ellos en el terreno de juego, intenta que la velocidad por los costados sea suficiente para nutrir de pelotas a modo al par de atacantes que mantiene en el césped sintético del Estadio Caliente: Aldo de Nigris y Rafael Márquez Lugo.
Pero por más que busca, la falta de imaginación salta a la vista de cualquiera. Un equipo “chato”. Tijuana simplemente espera el contragolpe ideal para “matar” al Rebaño. Y lo encuentra al ’72.
El pelotazo queda disputado. Darío Benedetto supera la frágil marca de Jair Pereira, que se entrega. El futbolista local avanza solo. Entra al área. Espera la salida de Antonio Rodríguez. Toca a un lado, para la llegada de Jaimen Ayoví, que sólo tiene que empujar el 2-0 para los Xolos, al minuto 72. Asunto resuelto. El Guadalajara está liquidado.
Se acaban las pocas muestras de ímpetu que el cuadro tapatío había tenido en la segunda parte. El panorama se complica todavía más al ’78, cuando Néstor Vidrio se va expulsado por una entrada sobre Joe Benny Corona. El lateral derecho rojiblanco se ha ganado dos tarjetas amarillas en 10 minutos. Víctima de la desesperación.
No hay más para el Guadalajara de José Luis Real. Tres partidos consecutivos sin anotar. Con escasas llegadas. Con un futbol gris. El proyecto del “Güero” entra en un bache, justo en la parte más importante del torneo. Este sábado, amanece como octavo en la clasificación y al final de la jornada 10, el Rebaño podría estar fuera de la zona de calificación.
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