Cuando los funcionarios del gobierno federal, llámese Presidencia, Secretaría de Salud, Cancillería, Gobernación, Defensa y Marina, quisieron rectificar el domingo 29, ya era demasiado tarde, porque dos semanas antes la población mexicana había notado la ausencia de poder y se informaba y organizaba gracias a las redes sociales.
Ante las señales cruzadas que enviaba Andrés Manuel López Obrador a su subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, y viceversa, la inmensa población que tiene acceso a WhatsApp, Facebook e Instagram tomó sus propias decisiones para protegerse ante el Covid-19.
Así, cuando el domingo 29 y después de reunirse con la mamá y otros parientes del “Chapo” Guzmán en Sinaloa AMLO declaró que los conservadores querían silenciarlo en “las mañaneras” para cacaraquear ausencia de poder, él fue el último en darse cuenta de que los mexicanos ya no lo tomaban en serio.
López Obrador, que tanto le gusta el beisbol, se la pasó en los días más importantes para prevenir lo peor de la pandemia, como un manager novato de tercera base que enviaba señales corporales a su pitcher, pero equivocadas para perder el partido clave.
Y mientras todavía no salía de la negrura del túnel por el delicado tema de los feminicidios, nuestro presidente pudo acercarse pero no quiso. Se alejó de sus gobernados que querían verlo congruente, sensible, cercano y populista a la décima potencia.
En cambio se la pasó arengando invitando a la población a perder el miedo y no contagiarse de pánico; a salir a las calles y plazas; a besarse y abrazarse, y a comer en restaurantes y fondas.
Contrariamente en las redes sociales circulaban textos videos, audios y gráficos sobre las medidas que había que tomar ante la emergencia sanitaria para no repetir el drama que viven en España,
Italia y, todavía peor, en el vecino del norte: Estados Unidos.
Cuando el mismo domingo 29 López Obrador se paseaba por Baja California y Sinaloa, un desencajado López Gatell advertía de “muchos casos y muertos” por venir en México, e invitaba a la población a resguardarse en sus casas. Y al día siguiente se declaró el estado de emergencia.
Pero en la emergencia ya estaban millones de familias desde el miércoles 14 …cuando el manager empezó a perder la brújula de las señales.