Hace días soñé que Lionel Messi era tendencia mundial en redes sociales con la noticia bomba en la historia de Rayados del Monterrey por el anuncio de la contratación del jugador argentino campeón en Qatar 2022, pero el despertador sonó a tiempo para empezar un nuevo día.
Fue en serio el sueño. Recuerdo claramente que en la rueda de prensa estaban Manuel Filizola, presidente del club, y Antonio ‘Tato’ Noriega, director deportivo, frente a una multitud jamás vista de reporteros y enviados especiales a Monterrey de medios de comunicación del país sudamericano.
No puedo dar más detalles porque esos se esfuman en segundos cuando uno se despierta, pero sí retuve en mi memoria que la contratación de Messi, en voz de los directivos, superaría a cualquiera en ambos equipos, sobre todo la del francés André-Pierre Gignac de Tigres.
Pero regresando a la realidad Messi confirmó su salida del Paris Saint Germain y su destino es incierto. Lo único cierto es que ni en sueños de otros vendría a Rayados, aunque los dueños del equipo tienen millones de dólares de sobra para ofertar por uno de los tres mejores jugadores en la historia del futbol.
Lo que sí fue una realidad es que Monterrey presentó a su nuevo técnico, el también argentino Fernando ‘Tato” Ortiz después de fracasos consecutivos con el América eliminado en tres semifinales consecutivas con la etiqueta de favorito, al menos en los últimos dos torneos de la LigaMx.
Cierto que al equipo albiazul le hace falta un jugador que brille y aporte metralla, temple, campeonatos y liderazgo como ha sido Gignac con Tigres durante ocho años, porque con todo y los récords que ha batido Rogelio Funes Mori siempre ha estado bajo la sombra del francés.
Me despido con la frase de “se vale soñar” relacionado al sueño guajiro de que viniera Messi al Monterrey a terminar su brillantísima carrera. Sino dedicado a un equipo que tiene mucho estadio y una fiel afición a quien los directivos le ha quedado mucho a deber.