Esta semana pasada me tome unas vacaciones muy aportativas para conocer más conceptos de la vida desde una perspectiva muy diferente al ritmo cotidiano que me ha tocado vivir. Mi amigo de muchos años Roberto Bernal tuvo a bien invitarme a un reencuentro de camaradas en una región muy lejana y enclavada en un punto geográfico bastante distante de mi Matamoros querido.
La región visitada fue el ejido La Ventana a 40 minutos de La Paz, Baja California Sur, enclavada en una zona colindante con el fascinante Mar de Cortez, al que el explorador Jacques Cousteau atinadamente se refería como el “mejor acuario del mundo” con una diversidad biológica incalculable que hay que conocer.
En el curso de los días que duró esta grata estancia disfruté la nostalgia de extrañar mi casa, mi cama y mi ciudad, pero también logré fascinarme con dos libros que en mi andar llegaron a mi vida: uno de ellos “Del Amor” de Henri Beyle, conocido por su seudónimo como Stendhal con comentarios de José Ortega y Gasset, y otro titulado “Hasta que se me acaben las palabras” de José Domingo Castaño Solar mejor conocido como Pepe Domingo Castaño que son los recuerdos de un gallego que se enamoró de la radio; esa referencia me atrapó y fue suficiente para seducirme y comprarlo.
Debo confesar que los dos libros los compré por medio de la plataforma de Amazon y ambos vienen desde Barcelona con el costo adicional respectivo. En esta ocasión sesudo lector te comentaré al respecto del libro del presentador de la radio y la televisión y mas adentrados en el mes de febrero haré un comentario respecto al libro “Del Amor”.
Conocer la vida de Pepe Domingo Castaño es bastante motivadora y estimulante. De hecho, debo agregar que mientras escribo la presente columna escucho al mismo tiempo una de sus melodías más famosas titulada “Neniña” que surgió en 1976, esa que dice: “Viste pantalón vaquero y las camisas de cuadros”, que tuvo gran éxito, la cual te recomiendo querido lector que la escuches tan pronto como puedas. Pepe nació el 8 de octubre de 1942, hijo de Antonio Castaño Otero y Rosa Solar Boga, era el segundo de doce hermanos. Recién falleció el 17 de septiembre de 2023.
Tenia en su alma su armario que le dio para hacer su libro de 600 páginas, todas ellas imperdibles. Un libro que se lee muy fácil por extraordinariamente ameno y que debieran leer no solo quienes aman la radio sino quienes aman la vida. Pepe Domingo escribe sobre las intimidades que todos tenemos. Según dijo comenzó la primera parte del libro hace 20 años y la escribió a impulsos de su corazón y su alma en tiempos bastante adversos para él.
En algún momento no estuvo a gusto ni con su vida ni con lo que le rodeaba, situación que eventualmente nos puede suceder a todos. Fue cuando comenzó esta obra literaria de la cual pensaba que era tan mala que nadie la iba a comprar; hoy tiene récord de ventas en España.
El prólogo fue deliciosamente escrito por su amigo personal Julio Iglesias, gallegos los dos. Cabe señalar que Pepe repartía sus tiempos de crecimiento filosófico con la charla y convivencia de dos grupos, uno era la pandilla “Basura” con la que comía todos los domingos y la otra era “Los Cabritos” con quienes comía todos los viernes en una especie de excursión gastronómica al grito de “viva la vida”. A esta última pandilla pertenencia Julio Iglesias quien siempre le insistía y le decía con ese tono muy gallego:
-Domingo, cuando bebáis un vino bueno enviadme la foto.
Después de enviada Julio le replicó lo siguiente:
-Oye este vino esta muy bueno.
Es entonces cuando Domingo le comentó que estaba haciendo un libro y Julio le preguntó:
-¿Voy a aparecer yo en tu libro?
-Julio, un capítulo es tuyo.
-Pues me lo tienes que enviar.
Dicho capítulo fue leído por Julio Iglesias quien se quedó asombrado de cuánto le quería su amigo y muy a su estilo le dijo:
-Domingo, si yo hubiera sabido que me querías tanto, te hubiera querido un poco más.
Querido y dilecto lector, termino acomodando un fragmento del prólogo de Julio Iglesias: “Pepe Domingo Castaño, leyenda viva del periodismo actual, es indudablemente una de las figuras clave para entender la historia de la radio en España en los últimos cincuenta años”, es obligación leerlo. Descanse en paz.
El tiempo hablará.