Kingston, Ja.-
Centro preciso de Carlos Salcido, cabezazo certero de Aldo de Nigris, gol de oxìgeno para el tricolor. El regio celebra con el resto de sus compañeros, la sonrisa no se le acaba por darle la victoria al equipo nacional…Por fin.
Mientras José Manuel de la Torre se siente más firme que nunca en la banca. ¡Extra, extra, México ganó! El Gigante de la Concacaf está donde su jerarquía le demanda: en la cima del Hexagonal con seis puntos en cuatro partidos.
La regla 10 del futbol indica la manera de anotar y que aquel equipo que más goles haga será el ganador. México, por fin, entendió ese fundamento balompédico para romper su “empatitis”, ser el líder en la eliminatoria a Brasil 2014 y comenzar a disipar los fantasmas que le azotan.
Cuatro partidos después, una eternidad para la pobreza futbolística de la Concacaf, pero la Selección Nacional pudo sumar de tres. Suspiro ante Jamaica (1-0) en el estadio Nacional de Kingston con olor a marihuana, que sirve como bálsamo que cura prácticamente todas las heridas del conjunto tricolor.
Mínima diferencia que pudo ser mayor, pero que también pudo ser una igualada. Al testarazo de De Nigris, vino una furiosa reacción de los Reggae Boyz que pudo contener a quemarropa Jesús Corona, el superhéroe del Tri.
Atajadas inverosímiles del meta cruzazulina que hacen correcta la decisión de cambiar de portero titular del Chepo, luego de que en los partidos oficiales anteriores había utilizado a Guillermo Ochoa.
El inicio del juego había como el de los demás que ha tenido el combinado nacional en la eliminatoria y que terminó por empatar. Los rivales atrás, a la espera del contragolpe, con mucha fuerza atrás y la búsqueda astuta del error tricolor. En cambio, México confiado, insinuante, pero poco contundente adelante.
Algún cabezazo de Aldo de Nigris a las manos del guardameta Donovan Ricketts, otro tiro cerca de la portería de Javier Hernández, desbordes poco precisos por las bandas que acabaron en muy pocos centros y menos remates a portería.
El Tri lució enredado en la primera mitad, sin mayor pegada. Dio la sensación de que los fantasmas de la eliminatoria que han azotado a los verdes en el Hexagonal final se mantenía cerca de ellos. Poco a poco, el cuadro nacional quedó envuelto en el juego de Jamaica.
Los Reggae Boyz, fieles a su estilo, fiereza, mucho correr, siempre aprovechando esas virtudes para sobreponerse a la mejor técnica de los mexicanos. Les funcionaba el estilo defensivo, de aguardar a su contrario visiblemente superior en todos los aspectos.
Luego del arranque de posesión y control de los mexicanos, el duelo decantó hacia el terreno donde querían los caribeños. Se sentían cómodos en la cancha y México se enfilaba hacia la decadencia hasta que llegó el silbatazo que mandó a los 22 jugadores a descansar.
En la madrugada de la segunda mitad, De Nigris se elevó entre los centrales, con un centro de francotirador de Salcido. El delantero del Monterrey supo que no podía fallar, tampoco tenía margen de error y con la especialidad de la casa, envió el balón al fondo de las redes.
José Manuel de la Torre había presumido en este diario la fortaleza de sus dirigidos. Con carácter fueron a ganar a Jamaica.
Las aguas de la eliminatoria comienzan a volver a su nivel. Triunfo verde al fin, el primero del año y del Hexagonal final de la Concacaf. Lo más importante, con el boleto mundialista en sus botines. El oxígeno llegó al seno del Tri, justo en el estadio Nacional de Kingston que huele a marihuana.
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