Toluca, Edo. Mex .-
El bólido celeste se encamina a la Liguilla por la vía rápida. Tercera victoria consecutiva del Cruz Azul (2-0), suficiente para escalar al sexto puesto de la tabla y confirmar que ha alcanzado su clímax futbolístico en el momento más oportuno: a menos de un mes para el inicio de la fase final.
Nuevo golpe de autoridad por parte de un equipo que se despojó de los grilletes que lo apresaban con la obtención del título de Copa.
La Máquina ha dejado de ser lenta mentalmente. Los pensamientos de sus hombres son tan veloces como las piernas. Quedó claro con el gol que abrió el marcador.
Antes de hacer contacto con el esférico, Teófilo Gutiérrez ya sabía que se lo retrasaría a Christian Giménez, cuyo disparo, previa desviada en Marvin Cabrera, fue inalcanzable para Alfredo Talavera (19′).
Cuando se vive en estado de gracia, sólo hacen falta pequeñas dosis de motivación. Los Cementeros la hallaron con el tanto de su verdadero líder. El resto fue una demostración de habilidad, orden, temple y amor propio.
Como el que puso Luis Amaranto Perea para terminar de despedazar los de por sí frágiles sueños del Toluca. El central colombiano arremetió en el área con la fuerza de un iracundo burel. Su remate fue imparable para el meta escarlata (29′).
La tibia reacción de los Diablos Rojos pereció cuando el árbitro Fernando Guerrero no señaló un penalti sobre Édgar Benítez. Para entonces, La Máquina ya gobernaba en todos los ámbitos…Hasta el moral.
Bólido celeste con el acelerador a fondo en el momento justo. Sí, La Máquina ve de frente la Liguilla, y luce aceitada.
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